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lunes, 13 de junio de 2022

Críticas 257: PISTOL (Serie TV)

 


PISTOL (La serie de TV, Disney+)

La verdad es que si nos dicen hace años que Disney iba a lanzar un producto de los Sex Pistols nos hubiésemos descojonado (y cabreado), pero lo cierto es que, como Disney es ahora dueña de medio mundo, pues ya no sorprende nada.

Bueno tratándose de una serie, por supuesto, me toca decir eso de ALERTA SPOILERS, Empezamos con el primero de ellos: Sid Vicious muere al final (jur jur jur).

Cuando tuve noticia de la existencia de la serie, como no podía ser de otra manera y como me imagino que les ha pasado a casi todos los fans, me eché a temblar y sabía de antemano que la iba a ver sí o sí y me iba a cabrear también o también. Y es que el negocio audiovisual no respeta nada y mucho menos a los muertos.
Ya tengo reparos con que sean los mismos miembros de un grupo del siglo pasado los que desentierren el cadáver de la banda para, en un asqueroso ejercicio de descontextualización brutal, arrástralo por los escenarios a cambio de unos cuántos euros, estropeando su propia imagen y cagándose su propio legado en cuestión de minutos.
Pero bueno, es su grupo; tienen todo el derecho del mundo a hacerlo aunque a mí no me guste.
La cosa se agrava si es Disney quien lo hace, no el propio grupo. Y más cuando Rotten está en contra de la serie.
Aunque también es verdad que se trata de una jugada muy de los Sex Pistols o más bien muy de Malcolm McLaren, venderle el producto a Disney, The Last Great RNR Swindle!!!!

Bueno pues con todo en contra, y tras acabar de ver la serie en un tiempo récord, al final he disfrutado de este producto bastante. Una vez superados los pertinentes cabreos por el tratamiento de los personajes, la excesiva dramatización de determinados hechos, las trampas consistentes en obviar según que cosas y en desvirtuar o adelantar en el tiempo algunos acontecimientos y otras gamberradas que exasperarán a los más puristas, al final te queda un producto bastante trepidante y adictivo que se ve del tirón y te deja ganas de volver a revisarlo en un futuro no muy lejano.




Lo cierto es que en este tipo de productos biográficos de bandas musicales, ya sean libros, pelis o series, lo que más se suele disfrutar (al menos yo así lo hago) son los inicios de la banda, esa época antes de ser famosos cuando no saben tocar aún y son más atrevidos, más arrogantes e más inocentes. Y, en ese sentido, Pistol se recrea muy mucho en esa época primera y, eso es algo que me gusta bastante. Para que te hagas una idea en el capítulo 1 (solo son 6), aún no sale Johnny Rotten.

Aunque, también es verdad que en el caso de los Sex Pistols su historia es tan corta, que prácticamente no queda otra que recrearse en esta etapa antes de grabar el disco.

Eso sí, cuando llega el momento de abordar el éxito de la banda, lo que suele ser el grueso de la biografía (aunque es cierto que en el caso de los Sex Pistols fue bastante fugaz), aquí nos dejan un poco con las ganas y del capítulo 5 (recién grabado el LP) pasan directamente a su última gira en el capítulo 6, privándonos de contemplar su momento "de esplendor".

Entiendo que esa es la idea, ofrecernos en todo momento la imagen de unos fracasados que viven al margen de la sociedad. Nos privan pues de su éxito comercial, mencionando únicamente que llegan al número 1 de las listas, así de pasada. De acuerdo que el título del disco y toda la polémica de su entrevista en la tele (por no hablar de la estrategia de Malcolm de no mostrar a la banda demasiado), les obligó a cancelar la mitad de los pocos conciertos que consiguieron; pero, como abanderados de la nueva moda (el Punk) y líderes de ventas!!, me imagino que algún concierto exitoso tendrían, aunque fuese en Holanda (je). 

Así pues, pasan de ofrecernos su primeros recitales con algún que otro fan entusiasta (un puñado de ellos, amiguetes casi todos, en las primeras filas) pero siempre con problemas, peleas e incomprensión por parte del público, a ofrecernos su gira por la América profunda, en donde son igualmente incomprendidos por los paletos locales. Y rematan con su último show en SF en donde, pese a estar lleno hasta la bandera, defraudan (estafan) al personal y hasta a ellos mismos.

Vamos que no hay un momento de éxito ni de felicidad para ello y se mantiene su imagen de atormentados, asociales y perdedores durante las seis horas de la serie. 




Y me parece una buena jugada por parte del director pero es cierto que, con lo bien ambientada que está la serie y los detalles estéticos cuidados hasta la extenuación, privarnos de una imagen así es una putada. Pero bueno, cuando dejas a alguien con ganas de más es que has hecho un buen trabajo, ¿no?

En cualquier caso, hay un salto muy grande entre el quinto y el sexto capítulo. Si no querían mostrarnos a los Sex Pistols "dentro del sistema", podrían haberse recreado en sus problemas para conseguir conciertos. Vamos, que yo hubiese sacado un capitulillo más por aquello de ser un poco más exhaustivos con la historia de la banda.

Es cierto que la estética está tan cuidada en todo momento que puede resultar cargante y hasta caricaturesco. No hay un solo momento de sus vidas (ni cagando) en que no estén luciendo modelitos de Vivienne Westwood. Hay momentos en los que no sabes si estás viendo una serie sobre los Sex Pistols o un pase de modelos.

Pero es parte de la dramatización y como tal hay que aceptarlo. Es un espectáculo visual constante que no deja descanso al espectador. Excesivo, sí, pero es que esta historia merece ser contada así, de forma excesiva, ¿o no?

Los secundarios, todo el elenco de personajes que rodeaban a la banda (y a la tienda) en la época están también sumamente cuidados. Y es cierto que, quitando a Jordan (que es un personaje bastante importante y Maisie Willimans se sale interpretándola) o no tienen frase o tienen solo un par de ellas intrascendentes como en el caso de Siouxsie. Pero los ves y son ellos. Creo que son un acierto y aunque sean solo parte del decorado son los artífices de que te metas directamente de lleno en el 1976 que les rodeaba (aunque sea de una forma tan exageradamente bufonesca).



Y vamos ya con el tratamiento de los protagonistas. Obviando, eso sí, el hecho de que lo del parecido físico muchas veces se queda en el pelo solamente y de que son unos chavales igual demasiado guapos y/o poco creíbles.

Así, de primeras, no va a gustar a casi nadie que sea muy fan, pero viéndolo en perspectiva y aceptando que se trata de un producto de ficción (por mucho que se base en una historia real), hay que reconocer que funcionan en la serie, pese a la deshumanización de muchos o precisamente por ello.

Steve Jones nunca se ha visto tan guapo, Jajaja. Es el protagonista de la serie, no en vano está basada en su libro. Y, por tanto, la visión de cómo pasaron las cosas es la suya. Quizás sea en personaje más pasteloso y propio de una peli para adolescentes en donde no falta el romance y el lamerse las heridas en cantidad de escenas tristes. Es el menos Punk en ese sentido, menos incluso que Glen Matlock, el que se supone tienen ese papel de “menos punk” asignado.

Y es que a Glen se le da importancia pero creo que se le desprecia como personaje también del mismo modo que le desprecian en la ficción y en la vida real sus compañeros. Puede ser un recurso para que el espectador lo vea así, pero creo que se le tendría que haber dado un poco más de mérito en toda la historia y, sobre todo, en la creación de las canciones. Aunque también es verdad que es la visión de Jones en la que está basada la serie.

Paul Cook es, directamente, un cero a la izquierda.

Johnny Rotten está muy bien estudiado en cuanto a lenguaje corporal pero es el personaje más caricaturesco (más que Sid Vicious que es quien más se prestaría a ello). Es un individuo que se pasa las 24 horas del día como si estuviese actuando en un escenario, un esperpéntico psicópata al que se le pinta como un idiota al principio y al que al final, solo al final, se le acaba concediendo inteligencia y sentido común. No me extraña que el Rotten de verdad quisiese parar la serie.

Aún así, es el personaje más llamativo y magnético y el que te hace disfrutar de un producto de ficción palomitero. Batman es el prota, pero él es el puto Joker.

Sid Vicious quizás sea el más logrado físicamente, aunque sin pasarse. Se nos ofrece el retrato de un niño inocente que está jugando y se le trata con mucha ternura, no es el retrato de un yonki al uso. Creo que es bastante más cercano a lo que fue en realidad que la visión que se da de él en la peli de Sid and Nancy.

A Nancy la odias desde el minuto cero. Es lo que se pretende. Aunque también tiene su momentito tierno en el que la vemos como un ser humano y una víctima, pero aún así la sigues odiando y hasta te alegras cuando muere, Jajaja.
Por cierto muy bien tratadas las muertes de ambos. Si la serie es muy virulenta en muchos aspectos, exagerando y deformando determinados acontecimientos, aquí en el momento 
precisamente más prostituible, amarillo y comercial, en donde podrían quemar todas las naves que les quedaban, saben ser elegantes.

Chrissie Hynde, sí la de Pretenders. La chica es una de las protagonistas, ¿cómo te quedas? A ver, está basado en “Lonely Boy” de Jones y él le da importancia a su amiga, amén de que ella escribe el prólogo del libro.
Su romance quizás sea la parte más novelada y deformada, pero toda serie requiere su historia de amor, ¿no?

La actriz, la verdad, es que está muy bien y no solo contribuye a dar forma a la vida sentimental del guitarrista de la banda, si no que también nos cuenta su historia propia. Además es una muleta muy importante para ayudar a humanizar a los personajes. Es a través de sus ojos como el espectador descubre que estos individuos no son tan solo unos marginados que duermen en pocilgas y que viven completamente fuera de la sociedad.




Malcolm McLaren está bastante bien logrado como personaje, aunque el actor parezca más joven que los Sex Pistols. Maquiavélico y retorcido hasta la médula y, como al final reconoce el mismo, un niño grande. “¿Qué esperabas? Solo tengo 30 años, no soy tu padre” le dice a Steve.

Y, por último, la exquisita Vivienne Westwood. La adulta en un mundo de niños. Con un pie en la realidad, como madre y como empresaria, y con otro en el utópico loco mundo situacioncita que creó y del que mama todo el experimento llamado Sex Pistols. Auténtica creadora de toda la estética e impulsora de la corriente de pensamiento que aplica Malcolm a su manera.

Eso sí, sufre un tratamiento a la inversa y en el último capítulo se la deshumaniza completamente cuando, tras la muerte de Nancy lo único que se le ocurre es “una idea para una camiseta”.

Pues eso, una serie que abusa del esperpento pero que también intenta tener un trasfondo social y sentimental. Bastante divertida y, cómo ya he dicho, adictiva.

Mgrtn.

viernes, 9 de abril de 2010

MODA PUNK EN GALERÍAS!!! MUY PUNK!!!



Ha muerto Malcolm McLaren. No soy de los que suelen escribrir nada cuando muere algun personaje relacionado con el Punk, no lo hice con Joey, Johnny, ni Dee Dee, ni siquiera con Lux; pero hoy me apetecía poner algo en el blog. No dedicado a la memoria de Malcom, quer era un gilipollas, pero sí a su "legado".

Sin duda el señor McLaren fue uno de los máximos responsables de crear el movimiento Punk. Manipulando a la gente y aprovechándose del talento de otros, sí. Y sin aportar nada de nada en lo musical, también. Pero, aunque duela, este señor fue el Relaciones Públicas del PUNK. Puede que no crease el producto, después de todo cada miembro de los Pistols tenía algo que decir, pero sí supo envoverlo con papel de regalo: listo para vender. Quizás, sin él, el Punk hubiese sido de otra manera...
Y es que, todos admiramos a los Sex Pistols. Tanto la gente que está muy metida en política, como la gente que pasa de todo eso. Los Sex Pistols son el grupo Punk por excelencia y los anarkopunks de hoy en día no dudan en mostrar la admiración que les dispensan. Muchos, incluso, orgullosos lucen camisetas de la banda y cierran los ojos a hechos como que Sid Vicious lucía esvásticas gigantescas, que la banda se embolsaba enormes cantidades de dinero y que lo despilfarraba a manos llenas, que los discos salían en multinacionales ultracapitalistas y que eso de " Soy un Anarkísta"  era sólo una palabra que rimaba con Anticristo (dicho por el propio Roten). Anarchy in the U.K. no era más slogan para dar miedo a la sociedad, para buscar una reacción (igual que las esvásticas); y, en el fondo, no existía ningún compromiso, ni político, ni de ningún tipo, con nada y con nadie.

Los Sex Pistols eran un producto y había que lanzarlo con todos sus accesorios. McLaren sabía muy bien lo que había que hacer, y ellos (tontos) le dejaron hacer.  La provocación era la clave, la clave del Punk. Provocacion verbal y visual, que entrase todo por los ojos, no sólo por los oídos, escandalos a tutiplen, IMAGEN, IMAGEN, IMAGEN, prensa, prensa, prensa, marketing... Y, en medio de todo esto: el uso más frvólo que se puede hacer de la política. 
La política fue uno de los armas que más usó Malcom en la ropa de su tieda, porque es una de las cosas que más ampollas levanta. 
Y así, píntarse una esvástica en la cara, se convirtió enseguida en la nueva moda. Con el cadaver de la segunda guerra mundial enterrado, pero aún lo suficiemente caliente como para recordar los bombardeos nazis sobre Inglaterra, no cabía duda de que todo lo nazi daba miedo y escandalizaba a la sociedad. Escándalo!!! 

Pero no sólo daba miedo la extrema derecha, también la extrema izquierda (esas camisetas con la cara de Marx), y sobre todo la parte del anarquismo que desafía a toda una nación, a sus leyes, a sus cuerpos de seguridad. Había que shockear la sociedad, sin que importase caer en contradicciones. No existía una ideología que defender, ni a la que ajustar las acciones de marketing. Todo valía. Un imperdible atravesando una mejilla asustaba a las viejas, pero los símbolos políticos extremistas asustaban a los gobernantes y amenazaban la democracía.
Fue encender la chispa y prender rápidamente. Los jóvenes, rebeldes por naturaleza, enseguida se hicieron eco del nuevo movimiento con tal de llevar la contraria a sus mayores...

No podemos olvidar tampoco que el Punk no va dirigido a una minoría, como ahora muchos tratan de hacernos creer. ¿Cuántos millones de discos vendieron los Pistols? ¿Y los Clash? Y eso que estos sí que estaban comprometidos políticamente y se les llenaba la boca al hablar contra el capitalismo. Pero supongo que no les importaba que su compañía de discos, la CBS, se lucrase en ese mismo mercado del vil capital, y a la vez les llenase los bolsillos... Como digo, el Punk iba dirigido a millones de personas, cuantas más mejor. Había que vender discos, camisetas, pósters, lo que fuese, y vendérselo a todo el mundo. 
El mercado de los jóvenes dispuestos a jugar a la provocación era muy muy amplio y había que explotarlo hasta la saciedad. Sex Pistols eructando e insultando a la gente por la televisión molestaría a los padres, pero enloquecería a todos los jóvenes que, después de todo, son los que más discos compran. Y, aunque no fuese idea de Malcom, lo del escándalo en la tele, y al principio se acojonose; en seguida supo ver el filón y como sacarle partido. No iventó nada, pero supo utilizar lo que inventaron sus cachorros y explotaarlo hasta la saciedad.

Y sí, el Punk nació siendo una MODA. Eso de "el punk no es una moda" tan sólo lo puedes aplicar a determinadas épocas, según el movimiento haya estado de moda o no, tanto en sus inicios, como en los sucesivos revivals en forma de HC californiano o lo que sea... Pero se usas el Delorean de McFly para viajar a 1977, nunca podrás usar esa frase, porque ese año el Punk estaba más de moda que nunca. De hecho, era la última moda, lo más moderno y enrollado del momento. De hecho nació al rededor de una tienda de ropa, una tienda de moda, Sex, la tienda de Malcom.

Posteriormente a la explosión del 77, muy poco después (las modas que irrumpen tan a saco, acaban tan rápido como empezaron), tenemos que hablar ya de punks de segunda generación, o de punks no "originales". Cuando el caos inicial fue mitigándose, las cosas comenzaron a definirse y la gente empezó a buscar cierto orden (nos gusta tenerlo todo clasificado), y a dotar de un uniforme a un movimiento que en sus orígenes buscaba la individualidad y no el uniforme. Así que el Punk se dividió en tres sectores. Todos aquellos que decidieron continuar con el movimiento y renunciar a la modernidad adoptando como suyo un movimiento que tenía los días contados, se repartieron el pastel.

Por un lado estaban los grupos de Punk nazi (nazis de verdad), que vieron en el Punk un arma fácil de usar para lanzar su mierda a los cuatro viento. Por fortuna son pocos hoy en día los que persisten. Mierda para todos ellos.

Por otro lado, los apolíticos (postura mucho más americana que inglesa), a los que sólo les interesaba la música y la juerga. Si queremos ser justos estos serían los punks más auténticos y fieles a los inicios del punk.
De hecho, los Ramones (apóliticos casi al 100% como grupo) estaban antes que los Pistols. Aunque intentaban provocar con sus pintas y su actitud pasota les faltó una buena campaña de marketing estilo McLaren para conseguir escandalizar tanto como los ingleses. Además, por mucho que Dee Dee filteara con esvásticas al principio, los de Queens pasaban de mezclar música y política, lo que lógicamente escandaliza menos. Pero hoy es el día de Malcolm, así que no me iré por las ramas. 

Y, por último, que no los últimos, estaban los punks anarquistas y/o de izquierdas, que siguiendo la estela de los Clash y similares consiguieron perpetuar el movimiento y no dejaron que muriese cuando se pasó la fiebre, cuando estalló la siguiente moda y las ventas de discos bajaron. Este grupo fue el más numeroso y el que, muchas veces, se cree en posesión de la verdad, adjudicándose el punk como algo propio. Cuando en realidad, lo que defienden es una subdivisión del Punk y no el Punk primigenio, el original, que pasaba ampliamente de la política o que la usaba sólo para provocar, sin comprometerse con nada. Se asoció pues fuertemente el punk con la política y concretamente con la A de Anarquía y se tendió a olvidar que los Punks habían lucido esvásticas en sus inicios. 

La estética también fue cambiando, y aunque se mantuvieron los imperdibles y los rotos en la ropa, se eliminaron todos los símbolos fascistas, así como algunas prendas de vestir como chaquetas y corbatas (mas propias de mods o de oficinistas), para sustituirse definitivamente por las cazadoras de cuero que ya lucían los Ramones. Por otro lado, se añadieron elementos militares y algunos detalles como los peinados mohicanos. Todo ellos sería también pasto de la moda y pronto las postales de punks con crestas multicolres se convertirian en uno de los souvenirs más típicos de Londres. Hay tenemos el puto uniforme punk. Borreguismo 100%.

Estos punks de segunda generación, concretamente la rama anarquista, que sería la que serviría para crear la imagen actual esterotipada que se tiene un punk, consiguieron salvar la música Punk y que sobreviese a la moda del 77, al menos en Europa. Les debemos mucho. Pero también "corrompieron" el Punk, rechanzando todo lo que McLaren había dispuesto. Se encargaron, con el tiempo, de borrar no sólo todo rastro de la esvástica, también del marketing, las multinacionales y toda la mercadotécnia que rodeaba al movimiento.

Mientras en sus inicios el Punk se regía por máximas como "la unica regla es q no hay reglas" o "todo vale con tal de provocar", dejó de ser así para muchos punks, que comienzan a vivir sujetos a mil reglas y normativas propias, que vienen marcadas por una militancia política extrema y que son más propias de un partido político que de un movimiento MUSICAL. Porque, no podemos olvidar eso, el Punk es una música y todo lo demás es Anarquismo, o Comunismo, o Nacional Socialismo o lo que sea. 
Existen, y cada día más,  determinadas normas (no escritas por lo general) de conducta, de vestuario, incluso de pensamientos, que van implicitas y se deben adoptar al "militar" en según que colectivos punk. 
Un ejemplo vale mas que mil palabras: Hoy muchos grupos deben medir sus palabras para no usar expresiones coloquiales que puedan tacharse de machistas, racistas o sospechosas, o serán perseguidos por "los guardianes de la libertad" que coartaran su libertad de expresión, muchas veces usando la fuerza bruta. Mientras que antes los grupos Punk cantaban lo que les salía de las narices, a veces auténticas bestialidades, sin que pasase nada. Irónicamente aquellos grupos antigüos, a pesar de que cantasen textos hoy "prohibidos", o que luciesen aquellas esvásticas, siguen siendo los pilares del Punk y por tanto respetados y hasta admirados por determinados punks que hoy están dispuestos a echarse a la calle a golpear a cualquiera que cante algo la mitad de "sospechoso" de lo que cantaban sus ídolos. En fin.... Esto daría para otra entrada.

Por otro lado, también se crea una curiosa situación con el tema del underground, en el que muchos grupos punk desean vivir. Me explico. Creo que está bien claro que el Punk nació para provocar al público, ¿no?. Si determinados grupos Punk se cierran en el underground mas absoluto, el único público que tienen es su propia escena (mas o menos reducida). Si estos grupos se empeñan en lanzar una imagen y/o un mensaje que es compartido por toda la escena, ¿a quién están provocando? ¿A Zapatero? ¿A Rajoy? ¿A Obama? ¿A gente que NUNCA va a escucharles ni verles? Me temo que con esta actitud se pierde todo el espíritu provocador. 

De todos modos, quieran provocar o no, ¿qué hay de todos aquellos grupos que tienen un mensaje que trasmitir? Si se empeñan en limitar sus fronteras a una reducida escena, ¿a quién llega a ese mensaje? ¿Sólo a la gente que ya se lo sabe de memoria? Considero absurdo pues este autoimpuesto ostracismo de algunos grupos, y más si se autodenominan Punk, ya que el Punk nació para ser portada de los periódicos.
Os dejo una pregunta para meditar. Partiendo de la base de que el Punk debe ser provocador, que igual me equivoco y no es así: ¿Qué es más Punk un grupo que canta ante una audiencia mohicana con crestas y camisetas de Discharge consignas anarquistas? ¿O un grupo que canta ante esa misma audiencia el himno del PP y luciendo unos polos Ralph Lauren? Difícil, ¿eh?

Entiendo que la gente quiera defender sus ideales (muchos de los caules comparto), y de hecho me tengo que quitar el sombrero ante innumerables colectivos y sus excelentes labores, pero no entiendo que muchos lo hagan en nombre del Punk. Al menos no del Punk de la primerísima generación. Esos grupos, si tenían ideales, los dejaban de lado a la hora de hacer Punk, o bien predicaban mucho como los Clash y después cogían los billetazos con la otra mano. 
Música por un lado, política por otro. Siempre ha sido mi postura. Y el Punk no es una excepción, ya que también es un estilo de música, ¿no? 
Quien quiera mezclarlo, que lo mezcle, pero por favor que no hable de "punk berdadero", cuando el Punk nació como algo frívilo y escandaloso, no como algo serio y comprometido. Los mismos Pistols lo dicen "El circo había comenzado", "Eramos un grupo de tira cómica, no un grupo serio"...

Al final me he extendido más de la cuenta. Me pongo a rajar y rajar... Bueno, Malcom McLaren, espero que estés ardiendo en el infierno como mereces!!!