lunes, 8 de febrero de 2010

Sí, yo soy hijo del Enterrador.


Los Hijos del Enterrador + Rumanía + Los Pajarracos. 6 de febrero  2010. La Fax, Madrid.

Llenazo total para ver a los Hijos del Enterrador por primera vez en Madrid, aunque hay que decir que fue gracias a que vino mucha gente desde Burgos con el grupo y que los teloneros también aportaron su couta de fans. Per llenazo, después de todo.

Comenzaron los Pajarracos. Tras haber escuchado sus temas del myspace me esperaba un concierto a lo Burning que no me iba a gustar nada, pero en directo fue otra cosa. Tampoco me entusiasmó, pero no estuvo mal del todo. Tirando más hacía el street Punk de himnos coreables y voces roncas que hacía el casticismo chungueras que esperaba. Sin dejar de sentir el orgullo castizo de ser de MadriZ, eso sí. Bien es cierto que por momentos se acercaban peligrosamente hacia el Rock Urbano de unos Leize (por ejemplo), pero las melodías pop (borachuzas y punkies, pero más pop que rock) contrarestaban bastante el "roquerismo", por fortuna para mis oídos. Además tocan bastante bien y son muy sólidos en directo, cosa que se agradece en este estilo concreto de música.

Donde da igual que el grupo toque "sólido" es en conciertos como los de Rumanía
Los rumanos dieron uno de sus mejores conciertos el sábado. Y no es que tocaran mejor que nunca, de hecho no tocaron especialmente bien, pero gracias a que el escenario estaba a pie de calle y a que el público recibió con alegría sus empujones y les obsequió con otros muchos, se montó un buen pifostio. Además, se nota que el single ya va circulando y la gente se va sabiendo las canciones y convirtiendo en himnos los estribillos: eso hace mucho. Entre la entrega de las primeras filas, lo que hacía que el grupo también se creciese, y el sonido destartalado (y desoctavado) de la banda se montó un caos bastante divertido, cosa que se notó en las caras sonrientes de todo el mundo. Lo cierto es que hubo un muy buen ambiente y los Pajarracos animaron también bastante los siguientes conciertos con sus bailes, sus pantalones bajados y un cachondeo sin fin. Cachondeo y mucho Punk en el show de Rumanía, sí señor.

Y es que, cada vez estoy más convencido de que el público lo es todo en un concierto de Punk. Antes pensaba que el grupo era el 50% y el público el otro 50, pero en conciertos como estos, el público es el 80% o más. Prueba de ello, fue la siguiente actuación, la de los Hijos del Enterrador.Los burgaleses se mostraron algo sosos y parados, de hecho no se dirijieron al público ni una sola vez, pero la audiencia les acogió con ganas y el resultado fue un conciertazo de puta madre. Vale que ellos ponen sus canciones, pero esas ya estaban hechas antes del concierto, se supone que durante la actuación deben ofrecer algo más. No obstante, si el público se sabe todos los temas, como fue el caso, y hay una entrega total, el grupo no tiene que hacer nada más que tocarlas. 
La actuación de los HDE fue lo que esperábamos un show de punk patatero y paletorro al cien por cien, plagado de hits. Sus melodías tan simplonas como eficaces, sus plagios tan burdos como brutales, demostraron que a pesar de que hayan pasado casi 30 años desde que las concivieron, estos señores siguen siendo los putos Nikis de Briviesca. Con letras más punkarras y, a día de hoy, desfasadísimas, pero igual de humoristicas que las de los de Algete. Sin plumas Roc Neige y sin zapatillas Nike (aunque el cantante si llevaba unos 501), con pintillas y querencia por la polla records, pero 100% Nikis.
La cosa funciónó a la perfección y el público respondió con cariño y entusiasmo. Tanto es así que tuvieron los cojonazos de tocar las baladas seguidas, sin miedo a que nos durmiesemos. En efecto, sus dos baladitas estrella a lo Farmacía de Guardía (Zruly y El Punk va a morir), mis favoritas, las tocaron una tras otra, sin que por ello cesase el pogo y el desparrame.

Fue una pena que no tocasen ninguna de su maqueta reciente y que se limitasen a su repertorio clásico de los 80. Si has leidobien: una pena. Por regla general cuando nos visita un grupo de los 70 o los 80 sólo queremos oir sus temas clásicos y no material nuevo, pero es que esa maqueta es tan bueeeeeeeeeena que  no desentona en absoluto entre su repertorio antiguo. De hecho, hay momentos como Una bonita cara o Tú que miras, en los que se superan a sí mismos. Pero bueno, no se puede tener todo.

Buen sabor de boca. Gran concierto. Y los agradecimientos de rigor a los AntiGüays en guira y a Mundo Subnormal.
 Mgrtn.


COMPREN EL POGO EN TOGO. ESTÁ VOLANDO!!!! Y LUEGO VENDRÁN LOS LLANTOS.

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