Hoy vamos con un puñadito de reediciones. Todas ellas de los
90. Y es algo que, de entrada, sin pararme a mirar el calendario, me sorprende.
Y es que, a veces, parece que los 90 fueron ayer, que el último concierto de
Nirvana suena aún en nuestros oídos, o que las cicatrices del festival Sub Pop
que azotó Revolver son bastante más recientes de lo que parecen. Pero han
pasado ya más de 20 años de todo aquello. Y claro, por mucho que se siga
reeditando a cascoporro material de los 70 y los 80, y que lo veamos como algo
natural (son discos “viejos”), siempre me llama la atención que se reedite un
álbum de los 90. Un disco que has visto salir al mercado con tus propios ojos… No
aquellos discos de la movida o del 77 que cuando los descubriste eran “cosa del
pasado”. Discos que sigo considerando “recientes” pero que para nada lo son. De
hecho era más reciente el Buen Servicio de Desechables cuando me lo pillé en
Discoplay que cualquiera de los discos del 92 a día de hoy. Y tras esta
reflexión de abuelo cebolleta, vamos con las críticas.
411: “The side you cannot see. The complete
discography (1990-1992)” (LP, Workshed Records)
Grupo “seminal” del Hard Core noventero y clave para
entender todo lo que vino después, formado por los superhéroes del género Dan
O'Mahony, Kevin Murphy, Josh Stanton y Mario Rubalcaba. Para mi gusto bastante
más importantes (que no populares) que No for An Answer, por ejemplo, ya que
aportan bastante más al género y no se limitan a repetir clichés. Pese a que
luego este mismo estilo se convertiría en otro cliché. El LP incluye el single
del 90 y el supermítico LP This isn’t me, además de todos los temas incluidos
en recopilatorios y un track en directo.
Es escucharlo y querer coger el skate para recorrer a toda
pastilla la ciudad. Aunque reconozco que a día de hoy jamás me acercaría aun
grupo de riffs tan “pesado” y con esas distorsiones tan heavies, pero el
exquisito timbre de las voces aún me sigue poniendo palote. Y por supuesto, el
dulce sabor de la nostalgia que invade todo el paladar y no me deja pensar en
otra cosa. Es escuchar la intro de “Show me” y
se me pone la carne de gallina hasta el último golpe de batería. Dios,
tengo grabado ese dibujillo de guitarra de la estrofa a fuego en mi cerebro.
Muy grandes. De la talla, e influencia que Mega City Four,
Samiam o los primeros NOFX, por citar a algunos de su quinta que han llegado a
ser más famosos que ellos.
Mgrtn.
The Cramps: “Blues Fix” (10”, Big Beat)
Sin Lux en este barrio y sin posibilidad de lanzar nuevo
material, supongo que lo que le toca a Poison Ivy es reeditar referencias
viejunas en su propio sello. Habrá quién diga que para seguir exprimiendo a la
gallina de los huevos de oro, y habrá quién diga que porque lo reclaman los
fans. No voy a entrar a ahí, la cuestión es que este disco salió en el 92 solo
en formato CD single, así que supongo que tenerlo en formato vinilo es algo que
la legión de seguidores de los calambres debemos agradecer. Aunque, eso sí, se
trata de un artículo para fetichistas y/o completistas. 4 versiones, ningún
tema propio, en clave de Blues de la etapa más coñazo de la banda. Justo antes
de fraguar el Flamejob, puede que mi disco menos favorito de ellos. Lo que
supuso todo un anacronismo en pleno 1992, con el Nevermind de Nirvana
reventando las listas y el Blood Sugar de Red Hot Chili Peppers coleando en
todas partes, esa vuelta al Blues primitivo más purista, a día de hoy no llega
ni siquiera a eso, a “anacronismo curioso”. A mí no me dice mucho, la verdad.
Ni un solo eco del sonido siniestroso y cavernícola, seña de identidad de la
banda, ni siquiera ecos de la jungla psicodélica, ni de indómito rockabilly.
Blues, solo eso. Para algunos lo será todo, para mí, no. Eso sí, se saborea la
calidad y tiene el sello de garantía de una de las mejores bandas que ha pisado
la faz de la tierra.
Solo para los que sientan la necesidad de tener el cromo
para el álbum. Si no tienes ni el álbum, ni lo intentes.
Mgrtn.
Slant 6: “Soda Pop Rip Off” (LP, Dischord)
Reedición de este clásico del Riot Grrrl que se publicó en
pleno 1994, en plena efervescencia (y declive) de todo. Año en el que la última
gran revolución de la música Rock llegó a la cima para empezar a resquebrajarse
y morir tan rápidamente como surgió.
Soda Pop Rip Off es sin duda un producto de las modas del
momento, que mamaba tanto del Grunge de Hole o Babes in Toyland, como de la
explosión con base en Olympia, liderada
por Bikini Kill y aglutinada entorno a Kill Rockstars. Producto que aunque sea
de temporada, y algo tardío, no por ello deja de ser una puta joya que brilla entre
toda la montaña de discos que salieron durante los 90 abordando estas mismas
propuestas musicales. Quizás el toque Post Punk es lo que las hizo un poco más
especiales que a otros muchos que se quedaron en el camino, y si bien no
alcanzaron la popularidad de las Red Aunts, que apostaban por una mezcla de
estilos bastante similar y llegaron a fichar por Epitaph, entraron de cabeza en
la escudería Dischord, que no es moco de pavo, y que, con la perspectiva que
otorga el tiempo, al final resulta bastante más rentable. Así podrán decir que
nunca fueron “comerciales”, pese a meterse de lleno en los géneros
“alternativos” de moda.
En cualquier caso, 20 años contemplan ya aquella primera
edición y el disco no ha perdido un ápice de frescura y calidad. Obra maestra
de la época para mí, sin la cual no hubiesen existido grupos tan vitoreados hoy
día como por ejemplo The Coathangers.
Mgrtn.
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