martes, 10 de noviembre de 2015

Funtastic Dracula Carnival 2015

Mientras saco tiempo para poder comentar un puñadito de discos que tengo en la lista de espera, copio y pego una crítica sobre el Funtastic 2015, que hice para nuestra web amiga 1 minuto de gloria


10-11/10/2015 Funtastic Dracula Carnival. 10º Aniversario (Benidorm)



Un año más, un Funtastic más. Y como todos los años, viajé de nuevo hacia Benidorm para ver a un grupo Punk al que no podía renunciar. A mí lo del garagismo me la pela bastante, ya sabéis, pero como en las anteriores ediciones siempre hay un grupo de Punk que me obliga a viajar hasta el New York del Mediterráneo (sin duda una de mis ciudades favorita del mundo). Mientras en otras ocasiones fueron No talents, New Bomb Turks, Teengenerate, los Kids o Loli and The Chones, en este caso la banda que me hizo hacer las maletas eran nada más y nada menos que los Pagans. El resto del cartel (quitando a los Ass Draggers), me importaba más bien poco. Es más, el hecho de que los cabezas de cartel fuesen los Sonics me echaba mucho para atrás. Pero había que rendir culto a los de Ohio…

Y, ¡oh sorpresa!, el domingo por la noche, cuando los Sonics cerraban el festival con The Witch todos coincidimos en que habían dado un conciertazo, a pesar de ser unas momias, y que habían molado bastante más que los Pagans (lo que queda de los Pagans, si se les puede llamar así). Y no digamos ya si lo comparamos con el “concierto” que dieron Ana Curra y sus mercenarios-desentierra-cadáveres… No, no me voy a pasar al garage, tranquilos. Pero al César lo que es del César. Vayamos por partes.


La fiesta de presentación del viernes nos la saltamos, pese a la curiosidad que podía tener por ver a gente de Headcoats y Headcoatees haciendo lo mismo de siempre bajo el nombre de Masonics (ninguna). Nos llamó más la atención salir a cenar tranquilamente por el paseo marítimo y ver como los ancianos ingleses disfrutaban de grupos tributo a Abba o a Rod Stewart, mientras los ancianos españoles disfrutaban con imitadores de Francisco. Y es que, en el fondo el Funtastic de este año iba un poco de eso: de ancianos y de grupos tributo. Y es que cada vez somos más viejos y no parece que los jóvenes se interesen por las músicas facturadas entre 1954 y 1966…

El sábado la fiesta empezaba pronto. Ya desde las 2 de la tarde se podía disfrutar de actividades en la misma sala del festival. Algunos grupos de cantautores (Felón y su Mierdofón, por ejemplo), el ya clásico Wheelie Bag a los platos o una sesión de Aerobic (sí, lo has leído bien), amenizaban la tarde hasta que Ana Curra se encargó de cerrar el set, antes de dar paso a los conciertos de la noche, los importantes, vamos.

Lo de Ana Curra fue de traca, la verdad. En su momento, cuando presentó El Acto por todo lo alto y decidí no acudir al evento, me dieron remordimientos. Pero tras lo del Funtastic no me arrepiento en absoluto de la decisión que tomé. No soy quien para juzgar si fulano desentierra el cadáver de mengano para exhibirlo por ahí y agradar (o disgustar) a los fans. Un concierto de los Germs sin Darby Crash, es un poco como una actuación de Maria Jesús y su acordeón, sin Maria Jesús (por poner un ejemplo muy de Benidorm). Por fortuna esto no es tan terrible, ya que en ningún momento se anuncia como un concierto de Parálisis Permanente. Pero la cosa es que las canciones de la banda fueron las que se interpretaron. Tanto las compuestas a medias por Ana y Eduardo, como las más emblemáticas que son las compuestas por Eduardo y Canut. Francamente, a mí esto de los grupos tributo me parece un chiste. Y a pesar de todo el cariño que tengo a la figura de Ana Curra, esto no deja de ser eso, un grupo tributo. Y encima un grupo de los malos, no un grupo tributo de esos que calcan los temas (al menos Michael Graves en Misfits imitaba muy bien a Danzig). Destrozar así las canciones con las que hemos crecido me parece insultar a los fans de la banda. Meter solos de teclado que no existen en el original, y que encima sonaron farfiseros a más no poder, quizás no sea lo más grave. No si piensas en Los Flechazos haciendo Jugando a las cartas en el Cementerio, je. Lo más grave es que el grupo no se sepa las canciones y vayan más perdidos que los de la serie Lost. Y lo peor es que las voces son terribles. Era como ver a unos borrachos envalentonados en un karaoke a las 5 de la mañana. Y ya cuando el guitarrista cantó Esto no es, quisimos que se nos tragara la tierra. Aunque, por otro lado, hicieron que la letra de la canción cobrase sentido: “Esto no es nada divertido, sabes que me ponen enfermo estos asuntos, sabes que no soporto tus juegos y tus inventos, te he dicho mil veces ya que yo odio tus experimentos”. Voy a obviar lo de “ese polvo blanco” y lo de los bailecitos tipo el de Los Pajaritos. Sin duda lo mejor fue el plato ese electrónico que aporreaba Ana de vez en cuando y se comía todos los instrumentos. Pero bueno, hay que reconocer que le echaron ganas y que tenían mucha energía, y presupongo que todo se ha hecho con el máximo cariño e ilusión. Pero está claro que no se puede agradar a todos los fans con esto. Lo siento.


El shock de lo que acabábamos de presenciar nos hizo regresar al hotel para reponer fuerzas. Fuerzas con las que encarar el festival propiamente dicho, que comenzaba justo en ese momento. Por desgracia, nos perdimos a Ton Ton Macoutes. Lo siguiente que vi, me gustó (menos mal). Aunque hay que decir que ya me tenían ganado porque en la banda militan Lili e Iwan de No Talents. Y todo lo que haga Lili para mí va a misa. Chrome Reverse acaban de estrenarse este año con un 7” y son un grupo que le da al Trash RNR cincuentero. La voz de Lili me recordó bastante a mis adoradas Trashwomen. Sin duda una de las actuaciones más destacables del Funtastic.

Después tocaron los Monsieurs, que también fueron bastante Trash. Un par de féminas metiendo caña a la guitarra y la batería y un fulano feo cantando con una sudadera con flecos, que debutaron con LP el año pasado, pero ya bastante talluditos como los anteriores. Se me antojaron una especie de Hunx and his Punx, o de los primero No Bunny, por combinar RNR con melodías ramonianas, pero en un rollo de más peso, con más octanaje y definitivamente menos maricón. No estuvieron mal, aunque no los vi enteros. De hecho no vi a casi ningún grupo entero, porque si no acabas hasta la polla.

Después llegó el plato fuerte de la noche, Howlin’ Pelle & his Loyal Royals. El cantante de los Hives, acompañado de los más brillantes músicos suecos del momento, dio una lección de saber estar, con un repertorio homenaje a Little Richard. Sí, vale, otro grupo tributo. Odio los grupos tributos. Pero joder, brillaron por encima de todos y nos hicieron vibrar con temas que están grabados a fuego en nuestros cerebros desde que éramos unos bebés. Vamos que me gustaron mucho.

La cosa iba bastante bien. Ya habíamos olvidado la actuación de Curra y parecía que el festival despegaba. Pero Nikki Corvette, acompañada de los Romeos (no los de “mi vida rosa”), nos devolvió de una bofetada a la cruda realidad. Este otro grupo tributo, esta vez en la categoría de “grupo tributo a mí mismo” resultó bastante coñazo. La imagen sabíamos que no sería la de finales de los 70, pero confiábamos en la voz. ¿Cuándo la perdió? ¿Dónde? Bastante chasco. Nos dio tiempo a salir pronto y descansar los oídos un rato. Quizás al final mejoró la cosa, pero lo dudo.

Y llegó el ansiado momento de ver a los Pagans. El grupo que me había hecho comprar las entradas de esta edición. Uno de mis grupos favoritos, aunque hay que reconocer que tampoco son tan famosos como para que sean cabeza de cartel de uno de los días, en un festival en el que tocan muchas viejas glorias bastante más famosas y destacables. Si Crypt no hubiese desempolvado la discografía de la banda en los 90, convirtiéndoles en super estrellas de la noche a la mañana, los Pagans hubiesen tenido la misma repercusión que cualquier otro grupo desconocido KBD…
En cualquier caso, allí estaban. Lo primero que vimos es que aquellos no eran los Pagans, era Mike Hudson, su ego tremendo y un puñado de gentecilla detrás de unos instrumentos. Otro puto grupo tributo. Ya iban cuatro a lo largo del día… A ver, el fulano es un personaje y tiene pinta de ser un gran hijo de puta. Eso mola. También moló que antes de tocar pidiese a la organización la pasta por adelantado y nos enseñase el sobre, demostrando que si no “los pagan”, no hay Pagans. Y la anécdota de que casi le detiene la policía por mear desde la terraza del hotel presagiaba algo muy bueno. La cosa pintaba bien, pero luego llegó el momento de defender las canciones. Lo cierto es que sus temas suenan bastante podridos y descacharrados y me hubiese conformado con muy poquito, bastaba con escoger un repertorio ganador y pisar el acelerador. El concierto empezó bastante bien y la gente se animó desde el minuto cero. Había ganas. Y comenzar con Not now, No Way fue echar toda la carne al asador. Sonaron temas imprescindibles como Dead end America, Street where nobody lives o What’s this shit called love?, que brillaban entre temitas lentos (demasiados) y algo coñazo. Lo que hizo que el concierto fuese perdiendo interés. Además acabar con un Six and change tocado a cámara lenta, no ayudó en absoluto a llevarse un buen sabor de boca. No sé, si al menos hubiesen sido los Pagans originales podríamos decir aquello de “yo los vi”.

El domingo la fiesta comenzó a medio día en otra sala. Una hamburguesería llamada Rockstar que es ya una localización imprescindible del festival a la hora de celebrar conciertillos con grupos fuera de cartel. Ya me habían dicho unas cuantas veces, personas diferentes, que el grupo que mola en Valencia se llama Power Balance, pero siempre se me olvidaba. No obstante, cuando Paloma Borbone me dijo que no podía perdérmelos y, además, les tenía a un tiro de piedra del hotel, no me lo pensé dos veces. Para mí fueron el grupo revelación y dieron posiblemente el mejor concierto de todo el festival, pese a no tocar con los mayores en la sala grande. Cuatro punks juveniles que destacaron entre tanto vejestorio y tanta momia, que consiguieron a golpe de desparpajo, caradura y sentido del humor meterse al público en el bolsillo. Por aquello del tecladito (y la caradura) me recordaron bastante a los Rizillos, pero estos llevan un rollo más agresivo, menos new wave. Aunque sí que es verdad que algunos temas, cuando retiran el pie del acelerador, suenan más infantiles y un poco a Piolines. Estoy deseando que graben algo. Grupazo, en serio. Putos amos. A los Ramona nos los perdimos porque era ya la hora de comer. Un tema que oímos mientras nos alejábamos de la sala, no sonaba del todo mal.

Y después de una siestecita, volvimos a la sala Ku, a nuestro entrañable ovni, a seguir viendo a los viejunos mirando a grupos aún más viejunos. Ass Draggers abrían la noche. Casi nada. Había muchas ganas de verles y más después del pinchazo de los Pagans. Al final optaron por un set corto de 20 minutos en el que tocaron sus correspondientes 20 canciones. Quizás la promesa de tocar 40 temas en poco más de media hora era demasiado ambiciosa. Y más teniendo en cuanto que habían ensayado solo tres veces después de un siglo sin tocar. Y encima con batería nuevo. Y a pesar de que se notaba que este no se sabía del todo las canciones, metieron caña por un tubo y nos devolvieron a 1996 con su Punk RNR anfetamínico, demostrando una vez más que lo mejor que hizo Jerry García por el RNR fue morirse. Un placer, sin duda, revivir aquella etapa dorada y más de la mano del único grupo español que consiguió grabar para Crypt.

Muck and the Mires nunca me han hecho mucha gracia y no entiendo la fascinación que siente mucha gente por ellos. Aproveché para descansar un poco en el hotel, llegando a tiempo para ver la mitad del show de Lo-Lite. Si los Ass Draggers nos habían devuelto al Crypt más Punk, con estos regresamos al Crypt más artie. Sonaron contudentes y más que correctos escupiendo la pelusa del ombligo que le comían en su momento a Jon Spencer. Muy emotivo reencontrarse con ellos.

A los Grys Grys les cogí manía nada más conocer su existencia. Así que pasé olímpicamente de ellos. La diferencia entre un hippie y un beatnik es solo que uno no se corta el pelo y el otro lleva boina. Flat Duo Jets eran uno de los platos más esperados del festival y cumplieron con lo que se esperaba de ellos. A mí tampoco me mataron. Pero al menos son un buen grupo de RNR. Contrariamente a otros Funtastics, este festival estaba siendo mucho más rocker que garagero.

Pero quedaban por tocar los Sonics. Los garageros tenían la revancha asegurada con el grupo que más aman en el mundo mundial, con el grupo que lo empezó todo. Bueno, pues estos señores, ya ancianos, y el teclista hasta con parkinson, les dieron una patada en toda la boca, ofreciendo un show de RNR puro y duro. Sí, por supuesto que sonaron sus clásicos (Strychnine, Witch, Cinderella, Psycho…), pero también bastantes temas de su nuevo disco, que, contra todo pronóstico, son bastante cañeros y destilan RNR por los cuatro costados. Pese a ser los más viejos del festival, metieron caña por un tubo (gracias a que el batería debía tener 60 en vez de 70) y la voz se conservaba en perfecto estado*. Mejor que nunca diría yo. ¡Qué gritos! Eché en falta, eso sí, una versión 50’s tipo Roll Over Beethoven o un Good Golly Miss Molly , aunque al final optaron por Keep a Knockin (tema con el que acabó también Holly Pellé su show). Gran concierto contra todo pronóstico, ya que todo apuntaba a que iba a ser un poco orquesta de pueblo. Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas…
En resumen, sensación agridulce por lo de los Pagans, pero buen sabor de boca final por los Sonics y por haber descubierto que hay futuro para el Punk en este país con gente como los Power Balance.
Y algo que no me gustó nada fue lo de que la gente fumase dentro de la sala. ¿Qué pasó? ¿Qué la sala pasa de respetar la ley? Putos fumadores, podéis moriros todos y dejarnos en paz de una vez.
Y agradecer una vez más el trabajazo de Paloma y Varo. Funtastic por muchos años.

Mgrtn.

 * Y tan en perfecto estado, pues resulta que no era el cantante original. Me siento un poquito estafado. Grrrrrr.



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