Funtastic Dracula Carnival XI. Octubre 2016.
Guitar Wolf. Foto cutre desde mi móvil.
Un año más, un Funtastic más, una peregrinación más a la Meca. Una nueva ocasión de recordar porque Benidorm es una de mis ciudades favoritas del mundo, casi pisándole los talones a Tokyo.
Pensábamos que ya en su undécima edición Paloma y Varo no nos podían volver a sorprender, pero la verdad es que nos quedamos de piedra al ver que el cartel era el mejor que han tenido nunca. Vale que sonaba un poco a repetido y que los grupos que tocaban ya les habíamos visto varias veces, pero la verdad es que juntar en un mismo cartel a los Mummies, Guitar Wolf y Shock Treatment me parece brutal. Así que, ni cortos ni perezosos, nos liamos la manta a la cabeza y conseguimos entrada. Creo que este año ha habido más hostias que nunca para conseguir una. De hecho, la primera vez que salieron a la venta había tanto tráfico en el web que petó el servidor. La segunda vez, ya con más previsión técnica, se agotaron en unos 10 minutos. Increible!!!
Mummies. Foto cutre desde mi móvil.
Bueno, pues allí estamos el viernes preparados para la fiesta de bienvenida. Quizás la fiesta de bienvenida más interesante de cuantas se han celebrado en un Funtastic. Contar con Shock Treatment, Phantom Surfers y Scrapper no es moco de pavo.
Scrapper me gustaron bastante. Quizás no son un grupo que pegue demasiado en un festival de Garage y RNR, que es lo que es. Vale que siempre hay salpicaduras de Punk, que es lo que me mueve a acercarme hasta allí año tras año, pero quizás sean grupos como New Bomb turks, Rip Offs, Teengenerate o No talents (se dice pronto la cantidad de grupazos que han traído) los que pegan con ese ambiente. Un grupo como Scrapper, con un sonido más incómodo, no es demasiado festivo, no sé si me explico. En cualquier caso, creo que estuvieron muy bien, haciendo lo suyo, acompañando su sonido tristón a lo Wipers con una actitud acorde, una actitud alejada de toda la fiesta y el cachondeo que suele acompañar las actuaciones de casi todos los grupos durante los tres días del festival.
Shock Treatment. El grupo que más ganas teníamos de ver. De acuerdo, les vimos hace unos tres o cuatro años en Madrid, en ese apoteósico concierto de regreso, pero precisamente por eso, teníamos mucho más mono de contemplar a una de nuestras bandas nacionales favoritas que marcaron una época. Una época en la que todos éramos jóvenes y disfrutábamos como locos de todo aquello. Su canciones forman parte de la banda sonora de nuestras vidas. Creo que decir que los fans que nos agolpamos en las primeras filas les teníamos cariño es quedarse cortos, más bien les amamos con locura. Y aunque el concierto fue menos cálido que el de Madrid en el Independance (donde solo había fans de Shock Treatment), estuvo también de puta madre. No pueden fallar con ese repertorio, joder. Desde la primera nota del Estás Perdida (carne de gallina) hasta la última del Sick Pack de Black Flag, lo gozamos como enanos. Mil gracias por hacernos tan felices. A veces un grupo no es consciente de esto. Ya no es que sus canciones puedan gustar más o menos a la gente, es que nos dan un subidón increíble y formar parte importante de nuestras vidas.
Después de los de Castellón cualquier cosa sobraba. Aunque desde luego no iban a tocar Phantom Surfers antes, por derecho propio era lógico que fuesen los cabezas de cartel de la noche. A mí la verdad es que nunca me han motivado mucho y entre eso y el acabar de ver a los Shock no les presté la atención que se merecían. Creo que los hubiese disfrutado más si no hubiesen tocado en ese orden. Es como cuando estás lleno y no te cabe nada más.
Tras una mini visita a la playa, comer en el sitio más cutre del paseo marítimo y una siesta reparadora, nos tocaba afrontar el segundo día de festival.
Tenía cierta curiosidad por ver a los Ar-kaics que abrían la velada. Por lo que había escuchado un poco antes de ir y me desagradaban, pero al final me pareció más-de-lo-mismo. Bueno, realmente en este festival casi todos los grupos son más-de-lo-mismo, nadie descubre nada nuevo, son estilos de música ya muy consagrados e inamovibles. La gracia está cuando son mejor-de-lo-mismo. En cualquier caso no me convenció, demasiada naftalina garajera para mi gusto. Lo mismo me pasó con las Munjitas del Fuzz, aunque hay que reconocer que en lo suyo, son muy muy buenos. Además de toda la parafernalia religiosa que desplegaron, que fue espectacular. pero yo estoy en otro rollo. Eso sí, al César lo que es del César.
Zelators, por el contrario, me consiguieron sorprender. Ya les había visto con un repertorio demasiado Rock Steady o Ska o cómo quieran llamarlo (que por cierto me pareció muy chulo) y luego el single que sacaron me pareció demasiado plano y standard, así que no me esperaba ninguna sorpresa, aunque sí estaba convencido de que darían un buen show. Me encanta Silvia sobre las tablas, es una animal escénico extraordinario. Y, zas en toda la boca. Desplegaron un repertorio bastante heterogéneo en el que predominaba la New Wave más colorida y danzarina, muy a lo B-52, con unas intros super chulas por lo originales y rarunas y algunas revisiones de clásicos como el Makoki de Paraiso, más que eficaces y certeras.
Guitar Wolf. Foto cutre desde mi móvil.
Y llegó el turno de las estrellas de la noche, al menos para mí. Guitar Wolf. La primera parte del show convenció a todo el mundo, sin embargo la segunda, no. A ver, es un concierto de Guitar Wolf, la cosa va de eso. Las guitarra llevaba desafinada desde la primera nota de la primera canción y lo que cuenta es el ruido, el caos y, sobre todo, las poses. Son una parodia del RNR en estado puro. Ya sabéis como son los japoneses, cuando imitan algo, lo calcan y no contentos con eso se dedican a ir más allá y a exagerar todo hasta el esperpento. Vale que igual el numerito de subir a uno a tocar la guitarra y estar tapándole las cuerdas (que es algo que siempre les he visto hacer) fue mucho más largo de lo deseado, pero joder, de eso se trata. Son los putos excesos del RNR llevados al límite. Es la puta caradura de venirse desde la otra punta del globo a tocar en un festival y reírse de todo el mundo, sin haber ensayado, destrozando sus irreconocibles propias canciones o estrangulando versiones como el Summertime Blues, demostrando que son los reyes del escenario y que pueden hacer lo que les da la gana. A mí, francamente me gustó bastante, porque fue una desfachatez muy a la altura de lo que son ellos.
Tocar después de Guitar Wolf es un suicidio, aunque supongo que Young Fresh Fellows tenían demasiados fans y la reputación suficiente como para poder hacerlo. Yo, como el día anterior, ya tenía empacho y no presté la atención necesaria. De hecho empezar con una versión de los Sonics me pareció tan rancio que decidí no darles muchas oportunidades. Eso sí, los tíos son buenos. Aunque hagan muchas versiones (cosa que me sorprende teniendo tantos temazos propios).
Lo que sí me convenció, y mucho, fue la "actuación" en la planta de arriba de Stephen Hawking Experience. A partir de ahora, mi nueva "banda" favorita. Desde su silla ruedas, sin mover un músculo, el fulano nos cautivó con sus versiones de clásicos del Punk en formato bailable y con la voz monocorde y robótica del reputado científico. Las mejores, el Bummer Bitch de Freestone y el Eisbaer de Grauzone. Quiero un disco ya!!!!
El domingo tocaba despertarse relativamente pronto para ver los concierto en la sala Rockstar. Las Jennys de Arroyo Culebro me devolvieron por un momento a aquella época que comentaba antes, en la que todos éramos jóvenes y yo flipaba con Pili y sus Lechones (el primer grupo de la vocalista para el que no lo sepa). No ha cambiado nada, sigue teniendo esa mala leche y ese sentido del humor capaz de levantar cualquier concierto, mientras el resto de la banda convierten sus instrumentos en cacerolas de cocina celebrando un aquelarre tan cacharrero como sinvergüenza.
Por su parte, Boyle Heights estuvieron bastante bien dándole al Punk onda Rip Off Records sin compasión, copiando todos las virtudes y defectos del género en un brillante ejercicio de revival 90tero. bastante chulo.
Un ratito en la playa rodeados de gaviotas fascinadas ante la romántica puesta de sol, una visita a los comercios más estrambóticos de la zona en busca de artículos singulares y algún que otro programa de operaciones de gordos en la tele después, acabamos llegando algo tarde a la cita nocturna con los grupos. De hecho nos perdimos a los tres primeros. Sorry. Eso sí, los tres que quedaban resultaron fascinantes. Así que fue un fin de fiesta perfecto.
Cavemen eran otro de los que tenía subrayados en el programa para echarles un ojo. No tenían mala pinta por lo que había escuchado pero, desde luego, con ese nombre, esperaba algo mucho más Garage, así que tampoco tenía unas esperanzas locas. Y al final, fíjate tú, para mi gusto no solo fueron el grupo revelación, si no los que dieron el mejor concierto. Cuatro chavalines hiperjóvenes dándole al Punk sucio estilo Crypt con todas sus ganas, dejándose la piel en el escenario y dejándonos a todos con una sonrisa en la boca. Esa inocencia infantil en las letras, pueriles intentos de provocación (¿cómo se puede titular un tema School Sucks?, jajaja), sostenidos con un muro de sonido a punto de derrumbarse sobre todos nosotros que sonaba a una pelea entre New Bomb Turks, Devil Dogs y los Motards, hicieron las delicias del respetable y acabamos todos enamorados de ellos. Muy buenos.
Después les llegó el turno a los Fuzillis. Pensábamos ver un par de temas e ir a descansar antes del gran show de los Mummies, pero la verdad es que nos engancharon de tal manera que nos quedamos hasta el puto final, con invasión del escenario de casi un centenar de personas. Creo que desde los tiempos de Man or Astroman no había disfrutado tanto de un grupo instrumental, y eso que no tienen nada que ver con el rollito de aquellos. Los Fuzillis son excesivamente clasicotes para mi gusto y le dan al RNR, al Twist, al Garage y a todo esos estilos que te imaginas bailando en una fiesta de fraternidad en las Vegas en 1962. Consiguieron engancharme y hasta hacerme bailar. Y eso que yo no bailo. Solo doy hostias (y las recibo) en el Pogo.
Mummies. Foto cutre desde mi móvil.
Puede que la actuación de hace unos años fuese más violenta (o ya la recuerde así, ya sabéis eso de que cualquier tiempo pasado...), pero no cabe duda de que estos tíos son unos putos jefazos. Ya solo poder presenciar esos trajes míticos a un metro de distancia merece la pena. Pero luego tienen ese repertorio "robado" infalible y el cantante va tan sobrado, empujando a todo el mundo, sean del grupo o no, saltando sobre el teclado o simplemente apoyándose sobre él en actitud chulesca, que no puedes por más que rendirte ante ellos. Quizás esa actitud es la que le faltaba un poco al chavalín de los Cavemen, algo de mal rollito y menos poses típicas del RNR. Pero bueno, son jóvenes y tienen tiempo de aprender.
Lo que no me gustó fue que al meter el teclado se ocupó el hueco libre que había para que la gente subiese y saltase del escenario y aquello no pudo ser la lluvia de estrellas que habíamos previsto. Además, todo el mundo se agolpó en las primeras filas y a veces el baile resultaba difícil, por no hablar de la falta de oxígeno y el calor que nos agobiaban un poco. Vamos que tuvimos que, parafraseándoles, luchar por nuestras vidas en el planeta de los Simios. Pero, qué importa eso, eran los putos Mummies y lo volvieron a hacer.
En resumen, una fiestón en toda regla, la mayor fiesta del RNR del mundo mundial.
Este año lo he pasado especialmente bien. Mil gracias a Paloma y Varo y a toda la gente que trabaja en esto muchísimo tiempo para hacernos felices cada año.
Hasta el año que viene, amigos. Lagrimita.
Mgrtn.
A mi lo de Guitar Wolf me jodió bastante tio. No me moló nada y me salí. Y eso que soy muy fan.
ResponderEliminarLlevaron al extremo su show.
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