Solo era cuestión de tiempo: El que fuera novio de Paulina Rubio se ha juntado con un par de colegas y ha montado una banda de Post Punk.
Bueno, después de la broma fácil, vamos en serio.
Tras un par de cassettes, un 12” y un 7” compartido, todos ellos geniales; en este 2021, la
banda de Portland nos regala este single de dos canciones.
Aunque es indiscutible que este trío hace Punk raruno y técnicamente podríamos hablar de Weird Punk, usar esta etiqueta hoy podría llevar a equívocos, ya que es una etiqueta que se viene usando casi como sinónimo de Egg Punk. Y, por desgracia, se ha convertido en un estilo cada vez más encorsetado en donde ya no basta con sonar raro: hay que sonar como tal o cual grupo. Vamos que la cantidad de fotocopias que están saliendo de los grupos “madre” está convirtiendo lo que era casi un cajón de sastre, en donde cabía de todo, en algo muy concreto y repetitivo.
En cualquier caso, puede que determinadas canciones de Collate, las que tienen un aire más gamberro, sí podrían entrar dentro de la etiqueta Weird Punk porque suenan actuales y se asemejan a algunas bandas del rollo. Pero también es cierto que la inmensa mayoría de sus temas (y en concreto los dos títulos de este single) no pueden circunscribirse a ese territorio y menos al círculo actual cada vez más definido (y por tanto , más pequeño).
Y es que, siendo “rarunas” todas sus canciones, sin excepción, por regla general no suenan actuales y huelen mucho a siglo XX: a Post Punk de finales de los 70 y a No Wave de los primeros 80, concretamente.
Sí, ya sé que en el fondo todo esto del Weird Punk de hoy viene de allí y que no es nada nuevo, pero es cierto que los grupos actuales lo recubren con un tinte “moderno”, con una textura traviesa y sinvergüenza que marca una pequeña diferencia y que hace que resulten muy reconocibles como producciones actuales.
Pues bien, esa textura es casi inapreciable en este 7” que, para entendernos, suena bastante más a Post Punk que a Weird Punk. Concretamente en este single hay ráfagas mucho más cercanas a Gang of Four o a Contortions que a cualquier grupo actual.
Y, por otro lado, también en este single, desaparece el toque a banda actual de Riot Grrrls (pese a que sea un tío el vocalista principal) que siempre han tenido. Ese aire a grupo de chicas haciendo Punk raruno que tan bien encaja en Thrilling Living, no se acaba de respirar en este disco.
Vamos que los toques “modernos” que tenían desaparecen casi por completo en este artefacto, en donde suenan más a grupo “antiguo” que nunca. Aunque es cierto que son solo dos canciones y no se puede hablar de evolución y, mucho menos, teniendo en cuenta que antes también sonaban así en la mayoría de los temas.
Lo que sí permanece intacto es ese aire entre minimalista y naif que siempre han tenido y que hace de sus canciones una delicia para el oído. Maestros en el arte de fusionar su sonido raruno y molesto de sus composiciones con ese tratamiento más delicado y de buen gusto.
Lo peor es que nos ofrecen solo dos canciones muy cortas que pasan en un suspiro y que, al
menos para mí, no justifican el precio de un 7”.
No estoy en contra de las canciones cortas (al revés, me flipan), pero joder, mete más
canciones en el disco. Bastante nos sablean ya con los precios de los vinilos hoy como para
que luego la diversión se acabe en cero coma.
Precisamente, una de las cosas buenas de las canciones cortas es que caben más en un disco, ¿no?
Aún así, mi nota es bastante positiva y se lo recomiendo a todo el mundo.
Mgrtn.
Landowner: “Consultant” (LP, Born Yestarday Records) Tercer LP de esta banda de Massachussetts.
12 canciones de Post Punk minimalista (al menos en apariencia) y raquítico (en el mejor de
los sentidos), que tensionan y aflojan un alambre muy finito con ritmos rotos y tonalidades
afónicas y agonizantes.
Si viésemos las canciones a través de esos monitores de los hospitales que muestran el
gráfico de los signos vitales, descubriríamos a un paciente agonizante, con un débil hilo de
vida pero que, a la vez, está sufriendo un ataque epiléptico.
Y es que resulta muy curioso el tratamiento de los instrumentos y la producción, con esa
guitarra bastante limpia que entra de puntillas, esos bajos a su bola y esa batería mínima,
casi de juguete.
Incluso en los temas más Punk, y hasta en alguno más Hard Core, la banda mantiene una
inocencia casi infantil y cierta ingenuidad dulce, que te hace recordar a los grupos de K
Records.
Sin copiar directamente a ninguno de ellos, la banda tiene un tufillo delicioso a la escena inglesa de finales de los 70 formada por grupos como Gang of Four, Pop Group o Essential Logic. O, al menos, gran parte de sus influencias (directas o indirectas) las podemos encontrar allí.
Y, lo que es indudable, es que tienen también un buen ramalazo de la sensibilidad depresiva e “inteligente” del Post Hard Core, pero sin caer en la repelencia y en la quejumbre. Despojándolo, eso sí, de su supuesta sofisticación y apostando por una (falsa) sencillez y una nitidez sónica casi absoluta.
Aunque es cierto que la voz, si te pones a pensarlo, a pesar de que es bastante buena, puede resultar un poco repelente en este sentido.
Vamos que me gustan más cuando se alejan del Post Hard Core, pero todos los temas tienen su rollo y creo que es un buen disco y muy disfrutable.
Mgrtn.
Warp: “Traffic Control” (LP, Thrilling Living Records)
Este disco es del 2019, pero me lo pillé hace unos meses y no quiero dejar de comentarlo porque mola mucho. Y de paso por ensalzar un poquito la labor del sello.
Y es, así, a lo tonto, Thrilling Living se está convirtiendo en uno de los sellos más alucinantes del panorama actual. Un sello que se ha especializado en grupos de chicas (o con chicas), con sonidos muy enraizados en el Riot Grrrl de los 90 y con toques rarunos, caóticos, desestructurados, arties o como quieras llamarlos.
No en vano es la casa de bandas como Neon, GrlSperm (dos de mis favoritos actuales), Judy and The Jerks, Warm Bodies, Scrap Brain, Lithics, BB and the Lips... Vamos, todo grupazos de los que quitan el hipo.
Lo que igual podríamos llamar Neo Riot Grrrl, aunque no sea algo realmente nuevo. Pues ya en los 90 había un puñado de bandas de chicas retomando. conscientemente o no, la
herencia de bandas como las Slits o las Kleenex y adaptándola al entorno de la Olympia de
aquella época.
Lo de “neo” lo digo más bien porque desde hace una década o más hay un resurgir de ese
sonido y, vale sí, porque tampoco son una fotocopia de lo que se hacía el siglo pasado y
aportan cierta originalidad.
Pero vamos con el disco. Este LP es el debut en vinilo de esta banda de San Francisco, tras una cassette previa editada en 2017. Desconozco si la banda sigue o no activa, pero espero que sí y que nos den más trallazos como este disco. Aunque ya se sabe que un día los grupos duran dos telediarios y más cuando casi todos los miembros tocan simultáneamente en un puñadito de bandas paralelas.
Warp no podían haber aterrizado en otra discográfica, este es su lugar, si duda alguna. Suenan un poco a todas esas bandas que he citado arriba, moviéndose entre la deconstrucción artie, los gritos Riot y el Punk de toda la vida.
La voz de Tika, bastante flipante, pese a que cuando se rompe no consigue esa afonía feísta que tanto me gusta, dirige a todo el grupo hacia el abismo, brillando con luz propia y eclipsando casi por completo al resto.
Aún así, el resto de la banda es bastante competente y consiguen un sonido muy sólido que imagino que gustará al gran público. De hecho igual es demasiado sólido y se echa de menos cierto “desmadeje” que contribuiría enfatizar los momentos más raritos y artísticos, que al final pasan un poco desapercibidos.
Pero, pensándolo bien, es algo que les diferencia de las otras bandas de este rollo y en el fondo es un punto positivo. Vamos, que por mucho que molen Neon, es mejor no ser un clon de ellas y explorar otros terrenos, aunque estos sean más “clásicos” o “standard”.
De hecho, esa solidez creo que les podría hacer competir en la liga de los sobrevalorados Amyl and The Sniffers, llegar a oídos un poco más “mainstream” y demostrar a todo el mundo lo qué es un grupo Punk de verdad y no unos hard roqueros disfrazados de punks.
Aunque hablando un poco de eso, hay una guitarra aquí, que no solo está muy alta si no que a veces mete algún punteo bastante brasas, que creo que sobra totalmente. Deduzco que debe ser el guitarrista y que la guitarra buena, la que está en segundo plano por desgracia, es la de la chica. Y digo que lo deduzco porque suenan muy a “macho” ese tipo de punteos. Pero igual me equivoco de persona y no querría caer en una presunción sexista, pese a que lo acabo de escribir y no lo pienso borrar, je.
En cualquier caso,. Un disco muy muy bueno y muy muy intenso del que solo eliminaría los escasos segundos de esos punteos terribles.
Mgrtn.
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