martes, 13 de septiembre de 2022

Críticas 262: Bootlicker, Cherry Cheeks, I.G.

Vamos con unos cuantos discos del año pasado que tenía traspapelados por aquí. Tres discos que no pueden ser más distintos entre sí, pero que molan bastante.




Bootlicker: S/T (LP, Static Shock)

Tras nada menos que 7 referencias (entre casetes y 7”S) desde 2017, el debut en vinilo de larga duración de esta banda de Canadá está resultando ser un éxito en ventas. Tanto es así que los dos sellos responsables del lanzamiento (Neon Taste y Static Shock) han tenido que sacar sendas nuevas ediciones.

Y lo cierto es que aunque hay mil grupos en este mismo rollo o similares (D-Beat/HC/UK82), Bootlicker ofrecen un producto de calidad que destaca y que es apto tanto para los oídos acostumbrados al ruido dañino de los subgéneros más extremos del Punk como para aquellos que generalmente no consumen este tipo de productos por considerarlos una puta bola de ruido.

Y es que la producción es brutal, con un sonido ganador que separa los sonidos de los instrumentos sin dejar de ser compacto.
Con una guitarra sin distorsión que suena a un puto muelle de acero oxidado dando por culo todo el rato que es una maravilla.
Si le sumas a eso unas líneas vocales que consiguen ser pegadizas sin tener que recurrir a la “melodía” o renunciar a la voz de perro cabreado, tienes un disco como este que le gusta a los fans de los sonidos más extremos del HC, a los fans del Oi! y a los fans del Punk en general.

Una puta pedrada en la cabeza tras otra que te obliga a bailar pogo con el puño en alto. Deseando verles en directo.

Discazo!!! 

Mgrtn.




Cherry Cheeks: S/T (LP, Total Punk)

Anunciado a bombo y platillo en su momento por Total Punk y, tras un par de casetes en 2020, este es el debut en vinilo del proyecto en solitario de Kyle Harms, que ya va por la segunda edición.

Un proyecto que nació, como tantos otros, durante la cuarentena y que viene a sumarse a la ya larga lista de LPs de bandas de una sola persona que sale al mercado en estos últimos tiempos.
Debo confesar que este tipo de “experimentos” me dan un poco de rabia y los miro con bastante recelo. Y más desde que vengo observando que la inmensa mayoría de ellos ofrecen un abanico de canciones muy dispares que abarcan multitud de registros y estilos musicales (al final me gustan tres temas y el resto me parecen una mierda). Y eso que, a priori, parece que al tratarse de la obra de una sola persona debería ser toda del mismo rollo y que lo de ofrecer canciones muy distintas es más propio del trabajo de distintos individuos con distintos gustos.

No obstante, pese a mis miedos iniciales, debo decir que el disco de Cherry Cheeks es bastante homogéneo y no se sale del estilo que podríamos encuadrar perfectamente en los estándares del longevo (y parece que inagotable, aunque muestre ya síntomas de cansancio y repetición) Egg Punk.

En este sentido, podemos decir que hay bastantes paralelismos entre este disco y Poweplant. Ambos son proyectos en solitario de Punk con sintetizadores, de sonido 80’s y con querencias por las melodías pop, pero con los dejes y maneras del moderno Weird Punk.
No obstante, el LP de CC no es tan profundo ni tiene los toques melancólicos u oscuros de Powerplant. Digamos que es más básico y alegre.
Y es que, se respira un optimismo y una vitalidad powerpopera durante todos sus cortes, resultando un proyecto amable y simpático que funciona para despertase por la mañana de buen rollo y también para pincharlo antes de salir de juerga.

De hecho quizás sea demasiado amable. Tanto es así que muchas veces olvidas lo que tiene el disco de raruno y de disruptivo, que no es poco; pero que pasa desapercibido en ocasiones.
Por decirlo de otra manera, podríamos hablar de unos Knowso despojados de su actitud sonora molesta y cruda. O del hermano pequeño de unos Isotope Soap con un sonido más de ahora y más dulcificado.

En resumen, me ha gustado y creo que es un disco muy disfrutable y recomendable. Que no todo van a ser sonidos extremos e irritantes.

Mgrtn.




I.G.: “isolations gemeinschaft”(LP, Phantom Records)

LP que recupera la casete de 2020 del mismo título de este dúo berlinés de Synth ColdWave.
Atentos, porque este mismo año ha salido otro 12”.

El sonido de I.G. es netamente ochentero y no hacen concesión alguna a elementos que hayan podido surgir en las tres décadas posteriores.
Sintetizadores empalagosos hasta la médula crean temas completamente asépticos en donde el minimalismo y el gélido invierno se dan cita baja la batuta de marcialidad que impone el riguroso acento germánico de los textos.

Se mueven en el amplio abanico que va desde la comercialidad fría de unos OMD poco comerciales hasta la monótona desidia de unos Grauzone desmotivados, pasando por el Post Punk más autista, la Cold Wave más cold o el Pop industrial más desnudo.

Imagina una máquina de Tetris en el Polo Norte, en donde solo hay fichas grises y del mismo tamaño. Una máquina tan congelada que las piezas caen más lentas de lo normal. Pues la banda sonora bien podría ser este LP.
Pero tampoco te creas que es un disco tedioso o monótono, según vas pasando de pantalla en ese Tetris, cada canción te ofrece ideas muy distintas para morir en la nieve.

Y, sí, también tiene arranques más marchosos que enriquecen el disco y refrescan tu cerebro para evitar que se te congele por completo.

Genial.
Un disco que puede estar sonando en tu casa vuelta y vuelta durante muchas horas. Ideal para no pensar en nada y dejarte llevar.

Mgrtn.


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