jueves, 25 de agosto de 2011

Los Monjo en Madrid.


Los Monjo + Belgrado + Sudor. 25 Agosto 2011. Nasti. Madrid.

Llenazo para ver a los nuevos superhéroes del Punk mejicano. Y eso que era agosto y además miércoles… Algo digno de celebrar, sin duda. Por desgracia, ningún grupo “underground” español (ni la mayoría de los extranjeros) tiene, hoy por hoy, la capacidad de convocatoria que tuvieron los Monjo. Ninguno de los grupos patrios es capaz de reunir a gente de todas las “sub-escenas” en que está dividido el Punk ibérico de hoy, como hicieron estos cuatro pinches en el Nasti.
Y ese es el problema: demasiada división y también demasiada gente que se mueve solo por amiguismo. Eso hace que nos creamos que la escena está muerta, cuando a los conciertos acuden solo 20 o 30 personas. Pero, de repente aparece un grupo como los Monjo, en el que todos (o casi todos) estamos de acuerdo, y te das cuenta de que sigue habiendo gente interesada en el Punk; aunque seamos casi todos viejos conocidos. Pero claro, las envidias, los malos rollos, la pereza, la puta crisis, el paro, la ausencia de un sentimiento de “escena”, el sectarismo (practicado de una forma consciente, o sin darnos cuenta)… hace que sea imposible conseguir llenos así en el 95% de los conciertos actuales.
No me enrollo más, vamos con los conciertos.

Abrieron la velada Sudor. Rabia Hard Core Punk (cada vez más HC y menos Punk, para mi desgracia) concentrada, como cabía esperar. Me sorprendió gratamente el sonido de la guitarra, a pesar de que saliese de un puto Marshall: muy agresivo, pero "domesticado" por el eco de la sala de una forma muy interesante. 
Se puede decir que el concierto de los de Toledo me gustó.  Y me gustó bastante más que el último que les vi, quizás por el sonido de la guitarra y también porque fue más corto. Lo bueno, si breve… y más en estilos tan rápidos y gritones, en los que casi todos los temas se me antojan  iguales al cabo de un rato. 
Aunque aún no es preocupante, siguen molestándome esos punteillos que, aunque cutres y cortitos, cada vez les alejan más del Punk ultrasimplista que se les da de puta madre.
Faltó el apoyo del público para que hubiese sido un concierto de puta madre. Y es que eso de ser los primeros, no suele beneficiar a nadie. La gente aún está fría, llega tarde y/o se reserva para el grupo estrella.


Después, desde Barcelona, llegaron Belgrado. Musicalmente no pintaban mucho tocando con Sudor y los Monjo, pero supongo que el estar inmersos en el mundo del “anarcopunk” les abre este tipo de puertas.
Se puede decir que Belgrado no son buenos, son muy muy buenos. Cuando ves a gente tocando así, de puta madre, y además con ideas que podrían considerarse muy transgresoras dentro del Punk; solo tienes dos opciones: rendirte o cagarte en su puta madre. Por lo menos a mí, me conquistaron con su Post Punk de ritmos tan frenéticos como imposibles. Ritmos rotos (en ocasiones super rotos)y arriesgados, pero, a pesar de ello, muy bailables. Quizás sean demasiado bailables, rozando a veces el Disco Punk, pero no llegan a abandonar en ningún momento la oscuridad de aires siniestroides y tocan con una furia y una precisión matemática que te deja boquiabierto. Me imagino que a la inmensa mayoría de los eskorbutianos presentes les parecerían demasiado modernuquis. Y, en efecto, modernos son un rato largo, pero eso no resta valor a su propuesta.
En cualquier caso, el público comenzó a animarse con ellos, y empezaron los primeros bailes (que no el pogo). Como dato curioso, el 80% de los bailongos eran chicas…
Y ahora viene el “pero”. Y es que creo que el grupo tiene en su cantante un arma de doble filo. La chica (polaca según creo) es un maniquí perfecto, tiene estilo, se mueve bien, llena el escenario y tiene una imagen fuera de serie que hace que el público retroceda en el tiempo y crea estar presenciando un concierto de 1978. De hecho, físicamente es una mezcla entre Exene Cervenka y Siouxsie Sioux. Y lo mejor es que no necesita romperse las medias, ni cargarse de imperdibles y cadenas para ello. La pega es que no canta. Y en un grupo con unos musicazos como Belgrado, me hubiese pegado más una buena cantante (o un buen cantante) con un chorrazo de voz, capaz de hacer algunas diabluras. No sé, algo tipo las vocalistas de Gorila Angreb, de Knugen Faller, o puede que, aunque sea obvio, incluso Roxy Epoxy. No sé exactamente en qué estilo, pero alguien con voz y dotes para el canto. También puede que les pegue una voz afónica y chirriante en la onda de las Subtonix (ya que no andan muy alejados de ellas en lo musical).
Ya sé que siempre defiendo a los grupos que no saben tocar, ni cantar (y lo seguiré haciendo siempre, porque en ellos está el espíritu del Punk), pero con la música que hacen Belgrado (y lo bien que tocan, sobre todo el batería), no me pega del todo una voz que se limite a recitar agresivamente. Ni aunque pongan la reverb a tope, como hicieron. Vale que con tanto eco se disimula un poco la voz, pero resulta demasiado fantasmagórico y le resta fuerza al conjunto.
En cualquier caso, me pareció un buen concierto y sacaron nota alta. Tanto es así que me compré el LP; ya lo comentaré un día de estos…


Y, por fin, recién llegados de México, la sensación latino americana del Punk. Uno de los grupos más ensalzados por la crítica en nuestro país. Los superhéroes, herederos directos de Eskorbuto, con los que se les cae la baba a casi todos los españoles aficionados al Punk. Los Monjo.
La verdad es que, les teníamos tan mitificados por aquí, que al verles en escena se me quedaron un poco pequeños. Me imaginaba que serían unos macarras de mucho cuidado y que, como mínimo, iban a prender fuego al Nasti, o a cortarnos con botellas rotas. Vamos, pensé que el concierto sería más destroy… No me imaginaba que, mientras el cantante bailaba y posaba a lo Mick Jagger (demasiado sexy para una música tan macarra), el resto del grupo permanecerían estáticos, en segundo plano. Ni mucho menos que el bajista llevase la camiseta metida por dentro (jeje). Por un lado me decepcionó un poco pero, por otro, me gustó contemplar como cuatro chavales majetes, con pintas de buena gente, son capaces de hacer el Punk más rabioso del momento, sin necesidad de cargarse de tachuelas y comportarse como Sid Vicious.
Y, lo cierto es que dieron un conciertazo. Tocaron de lujo y demostraron, pese a su juventud, estar perfectamente compenetrados y ser más sólidos que un petrolero ruso. Tienen las canciones, saben defenderlas en directo a la perfección y además el público se las sabe… ¿Qué más se puede pedir? Gran pogo, himnos coreados y entrega total del respetable. Madrid se rindió a los pies del grupo, sin concesiones. Sí señor. Nadie puede discutir que Los Monjo son un grupazo con mayúsculas.
Aunque soy más de disfrutar conciertos de grupos caóticos que no saben acabar juntos las canciones y con sonido mierdero, no tengo más remedio que rendirme ante estos grandísimos punks. Mis reverencias para ellos.

Mgrtn.
Fotos: She Luxe.

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