domingo, 31 de octubre de 2010

Cheap Time + Cola Freaks. 30 noviembre 2010. Wurlitzer Ballroom. Madrid.



Me perdí a Sierra Leona, porque estaba el parking lleno y tardé un rato en encontrar sitio. La verdad es que no esperaba que en el Wurli empezasen tan pronto, ni siquiera siendo tres grupos; pero me imagino que ya habría entrado bastante público y empezaron puntuales. Lo cierto es que había mucha gente, la sala estaba casi llena, lo que es de agardecer un día de lluvia y en mitad de un puente. Eso sí, la mayoría de la gente era gente que no había visto nunca, mucha jovencita y mucho carroza, a parte de una representación étnica que abarcaba casi todos los continentes. Y no estoy seguro que toda esa gente fuesen clientes o amigos de Commercial Records (que celebraban fiesta). Desde aquí mis saludos y mi enhorabuena a Nachete.

En cuanto llegué ya estaban los Cola Freaks sobre el escenario enchufando sus intrumentos. El concierto que dieron estos danases fue increible. Yo esperaba, en parte, ver algo más calmado y melancólico tipo Gorila Angreb, como demuestran en gran parte de sus grabaciones, pero optaron por meterle zapatilla al tema, y se despacharon a toda velocidad el repertorio sin ni siquiera parar entre tema y tema. Imagina a unos brutales Dean Dirg cepillándose las canciones de unos Functional Blackouts pasados de rosca. Fue impresionante, la verdad. Muchísima tralla salpicada de una cierta oscuridad a lo Phantom Limbs y enriquecida con momentos disfuncionales que tendían hacía el caos. Muy bestia. Quedé profundamente impresionado. Uno de los mejores conciertos del año, sin duda. Lástima que el público no era el más apropiado para el pogo, si no hubiese sido algo más que memorable.

Para rematar la noche, se subieron a las tablas Cheap Time. Lo cierto es que iba predispuesto a que no me gustasen en directo, ya que en disco tampoco me entusiasman; pero al final sí me gustaron. No tanto como Cola Freaks, pero no estuvieron mal; aunque en algunos temas me aburrí un poco. Si el señor Novak no tuviese esa enfermiza obsesión por las melodías vocales infantiloides, el grupo me horrorizaría bastante. Pero gracias a esos toques de parvulario, puedo aguantar sus arrebatos más glam, que son los que menos me gustan. Estuvieron correctos y creo que hubiesen gustado a muchos de los fans de Nobunny que abarrotaron el Sol hace unas semanas.

Mgrtn.

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