martes, 1 de diciembre de 2020

Críticas 236: Judy and the Jerks, Pisse, Sweet Tooth



Judy and the Jerks: “Friendships formed inb the pit” (LP, Neck Chop Records)

Este cuarteto de subnormales nos llega desde Mississippi para hacernos recordar el mejor Mongo Punk de finales del siglo pasado y principios de este.

En 2017 sacaron al mercado la friolera de 5 cintas: Una maqueta de 4 temas, un par de “EPs”, un recopilatorio para Ritcher Scale (que recoge la primera maqueta y el primer EP) y un directo. 
En 2019 Thrilling Living les sacó su primer y único 7” hasta la fecha. Y ese mismo año salió también este LP que recoge la primera demo y los dos EPs. Cabe destacar que el segundo EP es de versiones y se despachan a gusto temas de los Buzzcocks, las Go-Gos, Die Kruezen y Civic Progress.  

Como ya he dicho, el disco me recuerda a ese Mongo Punk que estaba en boga a finales de los 90 y que duró más o menos hasta la década pasada, momento en el cual los grupos de Punk se volvieron definitivamente más “serios” y comenzaron a mirar hacia el Post Punk siniestroide, hacia el HC o hacía sonidos más adultos de corte melancólico. 

La voz femenina hace que me recuerde a aquellos últimos coletazos de finales de la década pasada que dieron bandas como Percolators, CCCPN o Jerk Alert. Grupos ruidosos, muy gamberros y con un nivel de mongolismo bastante elevado. Grupos que cerraban una etapa, iniciada cuando moría el siglo XX, en la época del Lo Fi, en la que bandas como Loli and the Chones o, los más aberrantes, Phatom Pregnancies (por citar dos bandas situadas en los dos extremos del género) empezaron destacar valores como la simplicidad extrema, los unos, y la sensación de caos, los otros.

Judy y los suyos, con esa chulería y desparpajo para los que hay que nacer, se afanan en ofrecernos canciones insolentes, de escasa duración y muy aceleradas, en las que cierta melodía convive con el ruido y la estridencia.
Me gusta más la primera cara, que es más atrevida y traviesa. En la segunda, cuando empiezan las versiones, se pierde un poco ese espíritu, aunque tampoco es una diferencia muy notable, ya que siguen chuleando de lo lindo.

Cabe destacar también cierta querencia por velocidades cercanas al HC, por no hablar también de la elección de dos versiones de grupos Hardcore y de ciertos dejes a lo Angry Samoans en las guitarras de algún tema. 
Así como un toquecillo raruno que de vez en cuando está más presente. Facetas ambas que les emparentan con la escena actual (que de dosis de mongolismo tampoco anda floja). 
No obstante, el sonido, las otras dos versiones elegidas (Go-Gos y Buzzcocks), la melodía que a veces se abre camino entre el griterío y cierto toque naif que se respira en  la mayoría de los surcos, hacen que mi oído los sitúe más en la onda de aquel Mongo Punk de antes. No olvidemos que el “rarunismo” y el acercamiento al HC también se daba en los 90. Quizás con otra lectura, otra actitud sonora, pero se daba.

Para mi gusto les falta un poco más de aberración para ser perfectos, pero vamos, no dejan de ser encantadoramente desagradables y dan una buena pedrada en la cabeza a quien quiera acercarse.

Muy muy chulo.
Mgrtn.



Pisse: S/T (LP, Phantom Records)


Estos chavalotes alemanes de Hoyerswerda llevan dando guerra desde el 2013. Tienen en su haber cuatro 7”s, tres casetes recopilatorios, un par de 10” compartidos ambos con otras bandas y  dos LPs, siendo este del 2020, su último trabajo.

Se trata de un disco bastante eclíptico en donde los Pisse dan rienda suelta a todo el abanico de estilos que trabajan. 
Así que, dependiendo de qué tema escuches (o incluso dependiendo de qué fragmento de canción), puedes encontrarte cara a cara con una banda de Hard Core Punk no excesivamente veloz, pero bastante agresiva, con una banda Post Punk vanguardista, con un banda de Cold Wave gélida y oscura o, incluso, con una suerte de gamberros tipo Spits pero más tenebrosos. Son capaces de combinar la simplicidad más descarada con cierta complejidad artie. 

Un omnipresente tono oscuro y vanguardista sirve de pegamento para unificar todos estos estilos, además de mogollón de guiños y dejes que abarcan desde el Surf instrumental hasta el minimalismo más abstracto, pasando por pasajes Synth Punk y querencias tropicales.
No obstante, al final, la diversidad es tanta que no se consigue aglutinar del todo un conjunto de canciones que parece más un recopilatorio de bandas que el álbum de un solo grupo. 

La cuestión es que eso tampoco es un defecto porque todas las canciones son buenas. Quizás la pega sea la corta duración de determinados temas que parece que piden un poquito más de minutaje. Los temas más salvajes están bien de duración, pero algunas piezas más lentas podrían haber durado un poquito más. Además, al final, el disco se hace muy corto. 

Me recuerdan por momentos a los también alemanes Heavy Metal, que igualmente son bastante dispersos y ofrecen canciones cortitas, picando aquí y allí, pero entregando un conjunto de canciones bastante interesante en cada entrega. Eso sí, los Pisse, además de ser mucho más avariados, llevan un tono más serio, pese a que no renuncian tampoco a cierto gamberrismo. 

Me quedo con los temas más veloces, en los que gritan y esas cosas del Punk. Y también con aquellos en los que gritan menos pero parecen unos Joy Division primerizos tocando al doble de velocidad. Sobre todo, por lo que he dicho antes, porque los otros temas se me antojan un poco cortos y no acabo de meterme dentro de ellos. 

Gran disco.
Mgrtn.



Sweet Tooth: “Sugar Rush 2009”  (7”, Lumpy Records)


Pues sí, las canciones de este EP datan del 2009. Se trata de la primera cinta y única de la banda que salió autoeditada en 2010. Después de eso, al año siguiente, sacaron un 7” y, en 2012, otro en formato flexi y a una sola cara, cuando la banda ya estaba disuelta. 

Me congratula ver que se hace justicia con una de esas casetes que salen casi a diario y que son cojonudas y que al final se quedan solo en eso, sin pasar al vinilo. Así que, aunque se hayan tardado 10 años, al final tenemos un delicioso 7” en las manos. Por supuesto, este caso es una excepción, ya que la mayoría de las cintas se quedan en el cielo de las casetes para siempre.

¿Y a qué se debe tal excepción? O, dicho de otro modo, ¿por qué es tan importante este artefacto para rescatarlo de esta manera? 
Bueno, pues porque en esta banda militaba, nada más y nada menos, que Mr. Martin Meyer (Lumpy and the Dumpers, BB Eye, Cal and the Calories, Fried EM, Mala Leche y un buen puñado más de bandas molonas de esta última década que hoy siguen marcando el camino a seguir). 
Se trata pues del grupo que tenía Lumpy antes de los Dumpers y, no sé si me equivoco, pero creo que estamos hablando de su primera banda; al menos la primera que grabó algo. En una época en la que tampoco existía Lumpy Records. 
Por si fuera poco importante, en el grupo estaba también Erik Meyer (Rik and the Pigs, Totally Gay Cop…). De hecho la banda se separó cuando este se fue a vivir a Portland, donde después montaría Mongoloid.
Les acompañaban además Kevi Tod (The Garden) y Landon Zirkelbach (Rüz). 

Así que, se puede decir que estamos hablando de una importantísima banda seminal, la piedra angular de donde ha surgido toda la “élite” que ha gobernado el “nuevo” Punk DIY durante estos últimos 8 años. 
Por eso mismo, se ha rescatado esta casete para conmemorar la referencia número 100 de Lumpy Records, casi nada… Además la propia carpeta es todo un fanzine en si misma de 16 paginas, plagadas de textos, fotos, carteles, flyers y todas esas cosas que esperas.
Vamos que todos los Egg Punks debería hacerse camisetas ya mismo con el logo de Sweet Tooth, aunque la banda tirase más por el rollo Chain, jeje.

Pues sí, la banda tiene su toque Chain Punk, es cierto. Practican un Hard Core abrasivo, muy salvaje de canciones muy cortas y muy brutas llenas de gritos y cierta querencia por sonidos un poquito más pesados (incluso algo jeviatas) que aquellos que desarrollarían después en sus respectivos grupos.
Aunque también es cierto que pese al “clasicismo” HC imperante, ya se apreciaban ciertas dosis “weird”, cierta originalidad y rarunismo que, junto a un proceso de desintoxicación metalera posterior, acabarían sentando las bases de lo que nos ofrecerían casi inmediatamente después Lumpy and the Dumpers.

En la cara A tenemos 6 temas de HC Punk arrastrado de muy escasa duración que saben a gloria. Y en la cara B solo hay dos temas, siendo el último, el tema largo en donde se explayan en una sesión de Jazz metal experimental a lo Sonic Youth (jaja) o a lo Plasmatics cuando grabaron en habitaciones separadas. 

Quitando los dejes jevis, me parece un disco tremendo lleno deliciosos acoples con tendencia al caos. Aunque, por supuestísimo, me quedo con Lumpy and the Dumpers de largo.
Mgrtn.


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