lunes, 27 de julio de 2020

Críticas 231: Fried E.M., Sial, Soakie

Vamos hoy con un “monográfico”. Tres LPs, tres, de La Vida Es un Mus, que son una puta locura. Tres discazos que han salido este 2020. No iba a ser todo malo este año, ¿no?





Fried E.M.: “Modern World” (LP, La Vida es Un Mus)


En su momento, ya nos hicimos eco por aquí del excelente 7” de debut de esta banda para Lumpy Records en 2016. De hecho este LP (tras una casete intermedia para su tour del año pasado) también ha salido en Lumpy. LVEUM se lo ha agenciado, con bastante tino para la “edición europea” como viene haciendo ya con los discos de los Dumpers. Vamos, que tontos no son…

Cuando sacaron el 7” había muy poca información (yo creo que de forma premeditada) y solo determinados rumores apuntaban a que la banda (también de St. Louis) tenía algún miembro de Lumpy and the Dumpers e incluso se apuntaba a que el mismísimo Martin Meyer pudiese estar a cargo de la batería. Ahora, pese a que en el insert no aparece nada sobre los miembros (solo está claro que Bugman, el nuevo Darby Crash, está en el grupo), alguien se ha tomado la molestia de actualizar el perfil de Discogs y ya aparece, sin tapujos, Meyer como miembro oficial del grupo.

En este LP fusilan 10 temas de HC Punk a medio camino entre el clasicismo de unos Zero Boys sin tanta melodía (vuelven a plagiar/homenajear un riff de ellos, o igual es el mismo del single previo, ya que repiten dos temas de aquel vinilo) y el toque raruno a lo “Egg Punk” característico de la zona. Aunque, si nos ponemos tontos, tampoco es algo que no hiciesen también en su época unos Void, por ejemplo. Así que igual nos podemos quedar en 1982 si lo preferís. Pero no podemos cerrar los ojos a las tendencias del Punk de estos últimos años y menos en el puto epicentro de la movida.

Sea como sea, el caos y la suciedad propia de unos Germs pegándose con algún grupo de la escudería Lumpy y la voz perruna con bastante personalidad hacen el resto. Un disco redondo (en todos los sentidos), muy disfrutable, con mucha energía y mucha mala leche.

Muy recomendable.

Mgrtn.





Sial: “Tari Pemusnah Kuasa” (LP, La Vida es Un Mus)


Pues ya está aquí el nuevo de Sial. Tercera referencia para los de Singapur (cuarta si contamos la casete previa), tras su maravilloso 12” de 2017 y su brillante 7” de 2018.

Tras un inicio apoteósico con tambores tribales comienza la batalla sin cuartel en la que se comen con patatas al enemigo (y a quien haga falta) con 8 pepinazos del mejor Hard Core Punk del momento.

Como ya venían anunciando en su trabajo anterior, van arrinconando un poco las velocidades extremas y concediendo mayor protagonismo a los fragmentos más “calmados” de tensión absoluta. Tensión que, añadida a los brutales gritos de la cantante (en malayo, como siempre) y a ese sonido tan sucio, tan crudo, tan viscoso, tan grave, tan oscuro, marca de la casa, se torna en insoportable. Como una puta bomba de relojería (muy primitiva, eso sí) justo en los dos últimos segundos a punto de estallar.

Decir que es una putísima maravilla es quedarse corto. Es una orgía caníbal en una caverna del paleolítico en la que cada salpicadura de sangre arrastra un zumbido semejante al de un millar de abejas asesinas sobrevolando tu cabeza.

Posiblemente su mejor disco hasta la fecha. Y eso que el listón estaba muy muy muy muy alto. Una auténtica gozada.

Matrícula de honor.





Soakie: S/T (LP, La Vida es Un Mus)


De St. Louis nos fuimos a Singapur y ahora, como no podía ser de otra manera, el siguiente punto en la escala es Australia. Y es que allí se está cociendo el 40% del Punk actual más interesante.

Soakie son de Melbourne y cuenta entre sus filas con Nellie Pearson de los también recomendadísimos Ubik. Ya sabéis que al final todo queda en casa. Pocas son las bandas actuales que no compartan miembros con otras bandas de la escena.

Se trata de su LP de debut tras una casete que salió hace un par de años.

Los siete temas del 12” no tienen desperdicio: Hard Core Punk que ataca a los ojos, pero que no pierde cierto aire vacilón.
Sin duda, lo más llamativo es la voz que pasa de un registro a otro sin despeinarse. Pasa del tono infantil de niña caprichosa a la rabieta máxima de bestia infernal destrozando sus cuerdas vocales.

Tanto por su sonido como por sus letras queer y feministas puedes guardar perfectamente este disco entre otros actuales de “Neo Riot Grrrl”.
Y es que la escena que comenzó hace ya unos añitos en Londres con bandas como Good Throb, Frau o Woolf no cabe duda de que ha encontrado su contestación en Australia de una manera natural y con una calidad que poco o nada tiene que envidiar a sus predecesoras (ya sean londineses o de Olimpya si nos trasladamos a los orígenes del movimiento en los 90).
Bandas como esta, Cold Meat, Ubik o BB and The Blips están firmando unos discazos que quitan el hipo.

Para mi gusto estos discos y otros de bandas como Ausmuteans, Enzyme, Priors, Aborted Tortoise, Cereal Killer… y el centenar de grupos que salen cada cinco minutos de allí, sitúan a Australia en su mejor época Punk. Lo siento pero Radio Birdman y los Saints me parecen una mierda muy gorda que de Punk tienen poquito.

Volviendo al disco de Soakie: es una puta locura que no puedes dejar escapar. Una montaña rusa en donde la siguiente bajada es más salvaje que la anterior.

Sobresaliente.

Mgrtn.

viernes, 10 de julio de 2020

Críticas 230: Finale, Mármol, Nueva Generación




Finale: “Visión de futuro” (LP, Flexidiscos, Discodrome Records)

Bueno, por fin tengo en mis manos el LP de debut de los valencianos Finale. Un disco que se llevaba anunciando desde hace unos meses y que realmente creía que estaría listo cuando tocaron en marzo (el último concierto que ha habido en Madrid con el rollo del coronavirus) y me llevé un gran chasco al ver que la supuesta gira de presentación se llevaba a cabo sin el LP disponible.

Ya comenté, cuando hice la crítica del Matado Por la Muerte 3, que Finale eran, para mi gusto, los más sobresalientes no solo de la nueva hornada de grupos valencianos (que suelen estar casi todos de puta madre), si no del panorama nacional.
Y no es algo que piense yo solo, ya que sus fans surgen como setas y parece haber unanimidad. Y es que la fórmula que utiliza el grupo contenta tanto a los nostálgicos del Punk ibérico 80’s como a los que buscan nuevas sensaciones y se han visto seducidos por la riquísima escena internacional actual (llámala Egg Punk o llámala X).

Combinan por tanto clasicismo con modernidad en un claro ejercicio de Punk a la yugular.
Lo primero que llama la atención, desde luego, es la voz. Gritos desquiciados, sin llegar a tirar de garganta, contenidos en la nasalidad de unos Larsen o unos KGB. En un rollo muy aniñado, como corresponde al estilo, y bastante mongoloide. De hecho creo que llega al límite en algunos pasajes en los que la teatralidad igual es excesiva, acentuando el ya de por sí antipático tono. Todo ello con un color que no carece de personalidad propia, lo que hace que no sea una simple copia o un revival trasnochado.

La guitarra mola bastante, con un sonido agudo destartalado, con muy poca distorsión, bastante punzante. Tanto que casi hace daño al oído. Entre esto y lo molesto de la voz, la verdad es que consiguen un producto excesivamente desagradable, por lo que parece raro que cosechen tantos fans, aún fuera del circuito de amantes del ruido. Y creo que la clave se encuentra en el bajo y la batería que, desde casi el anonimato (al ser mucho menos llamativos) contribuyen a dar forma y solidez (y por tanto a acercar el productos a oídos más acostumbrados a “lo estándar”) a unas canciones que sin esa base rítmica serían un esqueleto tembloroso a punto de caer al principio. Vamos que tocan de puta madre.

Y para el final me dejo lo mejor. Creo que son los esquemáticos punteillos, que adornan las canciones aquí y allá, los que marcan la diferencia y consiguen convertir un producto bueno en uno excelente. Punteillos raquíticos que abundan en lo raruno que recuerdan unas veces a Uranium Club y que encajarían perfectamente en la escudería Lumpy Records. En una canción me suenan incluso a una especie de Dead Kennedys modernizados. Hay influencias, eso está claro, pero también mucho toque personal y talento. Y es que es complicado sonar tan destartalado y a la vez tan matemáticamente preciso.

En total son 12 canciones bastante estridentes que, por esa misma estridencia, pueden resultar un poco repetitivas. No obstante lo solventan bastante bien, ya que tras una cara A en la que los temas suenan demasiado similares, comienzan la cara B con una baladita (Rata valenciana) que rompe con la linealidad reinante. Es la canción que menos me gusta, pero creo que es necesaria para dar un respiro a tanto desquicie.

Lo difícil viene ahora: hacer un segundo LP que no sea el mismo y que sea, si no mejor, al menos igual de bueno.

Uno de los discos del año, sin duda. Sin nada que envidiar a otros discazos internacionales que están subiendo el nivel este año a niveles casi estratosféricos (permaneced atentos al blog, que en las próximas entradas vienen curvas).

Sobresaliente alto.

Mgrtn.




Nueva Generación / Mármol: “Slipt” (7”, In My Heart Empire, Walking Is Still Honest, Ultrakultur, Colilla Records, Andalucía Uber Alles, Muerte a Tipo, Veganismo Es Respeto, Malditos Vinilos, Tormenta de ideas, Senseless Acts Of Anger, Discos Enfermos)

Split compartido por estos dos grupos nacionales amantes de las melodías y editado, como viene siendo habitual en la escena anarco punk, por tropecientos sellos.

No sé si es la cuarta o la quinta referencia de Nueva Generación (no sé si el 7” de 2019 es anterior o posterior a este Split del mismo año).
Lo cierto es que me flipó el 7” de debut (2015) de estos murcianos, pero el LP me dejó un poco frío porque me parecía que era demasiado pop y que dejaban de lado su vena más Punk y veloz. Así que no he comprado el material intermedio. Me he decidido a comprar este single porque era un compartido con Mármol y tenía ganas de pillar algo suyo.

Continúan en una línea muy parecida a lo que hacían cuando les dejé de seguir. Ese rollo de Punk tristón con mucha melodía, con un sonido muy nostálgico al estilo Observers, aunque más de andar por casa (es imposible estar al nivel de los de Portland) y en castellano. Y es de agradecer que sigan fieles a sus inicios y no se hayan dejado seducir por nuevas modas, sobre todo porque esta onda melancólica parece como ha pasado casi por completo, como si fuese hace mil años, y ya no hay casi bandas haciéndolo.

Desde su primer trabajo pensé que estaban algo verdes y que la voz no llegaba a unas melodías que requieren tener un oído privilegiado. Pero su sonido más rápido y algo destartalado me gustó bastante y lo compensaba. Por eso el LP no me gustó tanto, porque al ser más calmado, más popero, creo que sus carencias les dejaban un poco en la cuneta.
Y ahora, han pasado unos añitos, y la verdad es que han mejorado y es bastante más grato escuchar este tipo de canciones. La voz podría ser mucho mejor, pero creo que ha crecido.

Firman aquí dos canciones suaves, aunque no necesariamente lentas, con ese corte triste de melodías amargas y que suenan mucho a Accidente. Y es que los madrileños siempre han tirado mucho del rollo Observers también. Por supuesto la voz no llega a los límites de Accidente (de hecho sería ridículo en una voz masculina), pero el tipo de melodía vocal recuerda muchísimo a ellos. Puede que algunas frases también.
Dos canciones que la verdad es que me gustan bastante y son muy pegadizas y fáciles de escuchar. Creo que me voy a poner el LP de nuevo para darles otra oportunidad…

Como ya he dicho, de Mármol tenía ganas de pillar algo tras oír por encima su bandcamp. Y me quedé con las ganas un día, cuando fui a pillar su 7” del año pasado al que había echado el ojo en una distri, en un concierto, y justo se acabaron en mis narices.

Aparte de un par de casetes y este Split, tienen un 7” y un 12”. Y lo cierto es que, pese a que su estilo es otro, estos bilbaínos pegan bastante bien con NG en la otra cara. Comparten enteramente con ellos ese gusto por las melodías tristes, aunque para nada siguen el rollito Observers y se sumergen en terrenos más oscuros.

Un estilo definitivamente más Post Punk, muy británico, aunque no tan marcado como por ejemplo en el 7” que sacaron también en 2019. Al menos en su primer tema, que es más “popero”. Eso sí, tiene mucha fuerza y es muy sólido.
El segundo tema es bastante más oscuro. Es bastante más “de género” con ese aire depresivo, ese bajo poderoso que abre el tema y esos dibujos de guitarra que arrancan la piel como picotazos de un cuervo.

Dos temas muy disfrutables y muy pegadizos. La única pega es que me chirría un poco cuando cambian un acento de lugar en una palabra para encajar la métrica.

Si hay algo que trasmiten Mármol, sin duda, es sinceridad.

Mgrtn.