lunes, 4 de abril de 2016

Screeching Weasel 2016 Londres



Screeching Weasel + MXPX. O2 Forum. Londres. 2 abril 2016.




Cuando me enteré a finales del año pasado que Screeching Weasel harían una sola fecha en Europa en abril, no dudé en pillar las entradas en ese mismo momento. Fuese en Londres o en Reikiavik, tenía que ir. Creo que el único grupo de los grandes (al menos para mí), de los que han significado mucho en mi vida, que me quedaban por ver. Ya he visto a sex Pistols, a Ramones, a Rip Offs (el mejor concierto de mi vida), a Loli and The Chones (cosa que parecía imposible), a Angry Samoans, a los Cramps, a Supercharger (toma ya) y a decenas de grupos que están situados en lo más alto dentro de mi ranking particular. Pero si hay uno que me faltaba era, sin duda, SW. Y es que la otra vez que tocaron en Europa (la primera de su historia) no pude ir. Si nunca hubiesen pisado nuestro continente, como parecía que iba a suceder, la espinita clavada no hubiese sido tan dolorosa. Aunque la verdad, verles en aquel macrofestival seguro que fue bastante peor que verles a ellos solos en una sala, por mucho que tocasen cantidad de bandas chulas el mismo día, porque al final las multitudes y tantos grupos me acaban saturando.


Llegamos a Londres un día antes, así que la visita a All Ages no se hizo esperar. De hecho, fuimos allí incluso antes que al hotel, jajaja. Pues bien, me gasté todas las libras que llevaba en la puta tienda y tuve que volver a cambiar para sobrevivir los siguientes días. Me encanta comprar discos de grupos que no he escuchado, cosa que ahora, con esto de internet es algo que se había perdido. Pero no me iba a poner a escuchar en el móvil cada grupo desconocido que encontraba, allí mismo, en la tienda. Así que me dejé guiar por los comentarios de las etiquetas que tenían casi todos los discos, espero no llevarme muchas decepciones… Me encanta también que las tiendas se molesten en poner estas pequeñas descripciones. Ya sé que lo hacen para vender más, porque nadie va a comprar un grupo rumano de post punk del que solo estás viendo una portada y los títulos de las canciones en un idioma raro, sin saber ni de dónde son, ni qué estilo practican… Aunque tampoco sería la primera vez que compramos solo por la portada, ¿no?


Os ahorraré el resto del viaje porque no tiene nada que ver con el Punk, algún discos más (piratas sobre todo de Crisis y los Smiths) y algún libro sí me pillé en el Soho. La cosa es que llegamos a la hora fijada a la sala (19:00) y resultó que hasta una hora y media después no tienen intención de empezar el concierto. A esperar y encima lloviendo en la calle. 


La sala ya estaba llena, un recinto bastante grande. Quizás excesivo para un grupo del rollo Lookout, pero teniendo en cuenta que SW son míticos y esta era su única fecha en toda Europa, al final resultó bastante apropiada. Vamos que si tocan los Queers por enésima vez no hubiese sido lo mismo. Yo personalmente ya estoy harto de verles. Les he visto más veces que a muchos grupos de Madrid de estos que tocan todos los días… La cosa es que allí había gente de toda Europa, sobre todo mogollón de españoles e italianos, tantos que creo que si nos hubiésemos juntado todos los “latinos” habríamos superado a los anglosajones presentes. Eso sí, el porcentaje por sexos era bastante más aterrador que el de la mayoría de conciertos Punk. Había solo un 20% de chicas, y cuando comenzó el pogo, en la pista solo habría solo un 2%. Triste, pero cierto… Aunque supongo que es lo que se consigue habiendo golpeado a una chica en la cara, ¿no Benito? Jajaja. No, no creo que vayan por ahí los tiros. Más bien es que la comadreja es un grupo muy de machos. Y de gente ya mayor, porque aunque había jovencitos, el público en su mayoría era mayor de 30 años. En cualquier caso, creo que no se agotaron las entradas, pero poco debió faltar. 


Después de un rato salieron a escena MXPX. Su actuación fue bastante lamentable. Todo un calvario que tuvimos que aguantar con resignación para poder a la banda de Ben Weasel. Un insulto al Punk continuo durante una hora y pico en la que pidieron al público dar palmas desde el minuto cero, mientras desgranaban los temas más blandos y terroríficos, enconsertados en un estilo que podría clasificarse como wannabeblink182, o puede que sea más acertado sum41 (je). Vamos ya sabéis: somos hardcore melódico y la esencia está ahí detrás, pero detrás de toda esa mierda blandengue, detrás de esas toneladas de merengue pastoso pasado de azúcar y con sabor a rancio; tan tan tan tan tan detrás que es muy difícil verlo. Creo que los pantaloncitos cortos por debajo de la rodilla y la camiseta de tirantes del que estaba a la derecha (no me fijé ni qué tocaba), no nos dejaba verlo… Fue tan lamentable que si hubiesen actuado Pignoise después nos hubiesen parecido Black Flag. Concierto para olvidar sin duda. Nunca me interesé demasiado por ellos en su momento, y queda claro, que tampoco lo haré ahora, cuando no tienen absolutamente nada que decir. Lo más triste fue que cada 10 minutos tenían que decir las palabras mágicas “Screeching Weasel” para ganarse el aplauso fácil del mundo. No, rectifico, lo más triste fueron los personajes que se subieron a hacer coros, a petición del grupo, con su bermuditas, sus Vans y sus crestitas verdes, y sus parchecitos de Rancid. Yo les hubiese quitado el carnet de Punks nada más bajar del escenario, ese que tan orgullosos mostrarían a todo el mundo, si es que existiese algo semejante. 


Y llegó el momento. El momento que he estado esperando desde hace más de 20 años, bastantes más. Desde ese día en el que Micro me dejó una cinta en la que creo recordar que estaban grabados los Dwarves y como sobraban unos minutos, de relleno, Mario (de Frogger) le había grabado las 10 primeras canciones del Boogada Boogada Boogada. “Tienes que escuchar esto”. Me voló la puta cabeza. ¿Realmente existía un grupo así? Inmediatamente comencé a buscar los discos por todas las tiendas. No era fácil encontrarlos, hasta un año o así después en los que la banda comenzó a estar en boca de todos y se encontraban sus discos en Disco del Sur y Record Runner. De hecho tengo muchos en CD porque no podía esperar a encontrar los vinilos. Por supuesto, en seguida me di cuenta de que el resto de los discos no eran como el Boogada, habían perdido el ramalazo Hardcore para dejarse seducir en exclusiva por el Punk Pop; pero seguían siendo lo más grandes de la casa, el espejo en el que todos los demás grupos, los miles iguales que surgieron como setas en los primeros 90, se miraban. El grupo al que todos copiaban. Bueno, no me enrollo más, llegó el momento y allí salió Ben Weasel junto a cuatro mercenarios, unos más jovencitos y otros más viejos. 
Supongo que los que no habían caído hasta entonces en ello, se preguntaron aquello de “¿merecerá la pena?”. En mi entrada pone Screeching Weasel, pero ni Jughead, ni siquiera un Vapid, ni un mísero Panic están sobre las tablas. Han pasado mil miembros por la banda, sí, en el fondo Ben es el jefe, es la banda (con permiso de Jughead, claro. Y sí, es verdad que se parece un poco a Alberto Comesaña con esa camisa negra, jajaja. También un poco al actual Blag Dhalia, je. Esto es un poco como Peter Hook toca el Unknow Pleasures o Ana Curra presenta El Acto. No, no es tan malo. En todo caso sería un Ian Curtis o un Eduardo Benavente. Qué cojones, esto es Screeching Weasel porque lo pone en la entrada y punto. Que además me ha costado una pasta, con viajecito incluido.


Aún así aunque el concierto arrancase de puta madre con todo el mundo revolucionado, pese a algunas carencias de sonido (a veces no se oía ni el propio Ben), no fue hasta que abordaron Dingbat (la tocaron prontito, de las primeras), cuando fui realmente consciente de lo que estaba viendo. Me paré un rato y miré directamente al fulano chupado y medio calvo que sostenía el micrófono con una actitud entre desafiante y pasota. Era el puto Ben Weasel y aquellas eran sus canciones. Las que marcaron parte de mis tiempos mozos. Más convencido, volví a ponerme manos a la obra y a dejarme mecer por el pogo de las primeras filas. Cuando hay tanta gente resulta difícil saltar y bailar a gusto y es difícil soltar patadas voladoras cuando no hay literalmente espacio. Odio eso de los conciertos multitudinarios, que para poder bailar a gusto con la violencia y la inercia que el evento requiere hay que irse un poco hacia atrás, porque en las primeras filas es imposible. Y ya puestos, que ponga una vaya entre el escenario y el público es otra mierda muy grande. Me da igual que haya seguratas (siempre se pueden burlar), pero la distancia entre el escenario y la pista de baile era tan grande que el salto desde allí era imposible. Yo me había imaginado este concierto saltando entre 100 y 150 veces al público, pero no pudo ser. Así que a tragar sudor de otra gente todo el rato…


El repertorio fue prácticamente el que habíamos sospechado tras echar un vistazo a set lists del año pasado. Nada del coñazo ese de la ópera del último disco (estaba claro) y mucho, muchísimo, casi todo, de la etapa Lookout del grupo. Si yo hubiese elegido el repertorio habría pedido el Punkhouse (de este EP no tocaron ninguna creo recordar) y el Boogada entero, nada más. Pero creo que el repertorio lo decidía otra persona. Aún así se tocaron Dingbat (lagrimilla), Hey Suburbia (el himno), This ai’t Hawaii (brutal), Supermarket fantasy (era inevitable) y My Right (orgasmo) del Boogada. Solo por eso mereció la pena el viaje. Aunque no me hubiese sentado nada mal escuchar I hate Led Zepellin, Runaway, I believe in UFOs, Nicaragua o Psychiatrist, pero bueno… Tuve que conformarme con grandes éxitos de los discos posteriores: temazos como Cindy’s on methadone, Joanie loves Johnny, My brain hurts que no podían faltar. Aunque también hubo grandes ausencias. Pero es imposible tocarlo todo. Y eso que tocaron unos 30 temas, pero su discografía es muy extensa. 


Tras un bis tan intenso como el resto del show, la banda acabó con Cool Kids. Cosa que no me sorprendió porque lo sabía tras haber visto sus sets lists anteriores, pero la verdad es que yo hubiese usado un Hey Suburbia para cerrar. Creo que es bastante más emblemática, puede que su buque insignia. Aún así Cool Kids es un temazo también pese a ser una obra “tardía” y muy “mariquitusa”.


 Buen sabor de boca, bastante bueno. Sonrisa en los labios. Mereció la pena. Ya puedo morir tranquilo.

Te jodes.


Mgrtn.



Aquí el show entero en muy calidad.

 


4 comentarios:

  1. 30 temas, cuánto tiempo fue más o menos? Recuerdo que una de las giras que hicieron por aquí tocaban poquísimo tiempo, no más de 40 minutos creo.

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    1. una hora y algo con bises. qué gira es esa? por dónde?

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  2. ¡Qué envidia! Yo lo más cerca que he estado de verles ha sido cuando los Fast Food tocaban Fantasía en el supermercado. ;P

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