viernes, 17 de septiembre de 2021

Críticas 249: Oficiales podridos, Sial, Taqbir

 Vamos hoy con tres 7”s de este mismo año que están de puta madre.



Oficiales Podridos: S/T (7”, Beat Generation)

La maqueta que esta banda madrileña grabó durante los 80 es, sin duda, uno de los secretos mejor guardados del Punk Ibérico. Y, ahora, por fin, gracias a Beat Generation, ve la luz con este rescate arqueológico que incluye las cuatro canciones que registraron aquel día en un 4 pistas.

Todo ello en un artefacto muy cuidado con un libreto interior de 8 páginas en el que Her, la batería y única superviviente, cuenta la historia del grupo. Y es que la historia de Oficiales Podridos no puede ser más truculenta y ochentera, muy al estilo Desechables o Eskorbuto. Drogas, asesinatos, cárcel... Ya os podéis imaginar. Pero mejor os lo compráis y lo leéis.

Lo cierto es que el grupo podría haberse formado en los primeros 80, tanto por estilo musical como por estilo de vida, pero no lo hicieron hasta unos años más tarde. No queda muy clara la fecha. Si bien Her ya tenía alguna banda entorno a 1984 y poco después conoció a Frank y Zombie, que ya estaban formando Oficiales Podridos, no es hasta 1989 cuando sale a la luz el videoclip de Carretera de la muerte (que hizo sus pinitos en TVE), con una de las canciones registradas en la maqueta.

No queda muy claro cuándo se grabaron los temas pero, desde luego, todo apunta a que fue a finales de la segunda mitad de los 80. La mitad “menos buena”, la mitad olvidada de los 80, si hablamos de grupos de Madrid. Cosa que no pasa si hablamos de un grupo de RRV o de HC catalán. Pero eso es ya otra historia menos “ibérica” y, desde luego, no es el caso que nos ocupa.

Sea como sea, la fecha debería dar un poco igual porque el artefacto es una bizarrada que merece mucho la pena. Pero es cierto lo que acabo de sugerir: parece que si la grabación es del 82 es mucho más “mítica” y valiosa que si es del 88.
Igual es el momento de desmitificar los números, las fechas, y atender más al contenido. Vale que ser uno de “los pioneros” tiene más mérito, pero no olvidemos que esos “pioneros” copiaban lo que se hacía en Londres o en USA. Vamos que tampoco es que fuesen súper originales e inventasen la pólvora. Eso sí, llegaron primero y abrieron el camino, eso nadie lo discute.

Pero, quizás ha llegado el momento en que, esquilmada como está, hasta la saciedad, la casi totalidad de la escena Punk de los primeros 80, hay que mirar un poco hacía adelante y empezar a desenterrar joyitas posteriores. Que seguro que hay muchas y, desde luego, mucho menos conocidas que las que ya nos sabemos de memoria.
A lo mejor en vez de otra edición del primer 7” de Último Resorte o de la maqueta de Desechables, hace más falta desenterrar cosas como este maravilloso 7” de Oficiales Podridos.

Pero vamos con lo que importa. El disco suena a podrido que te cagas, como bien indica el nombre de la banda. Practican un Punk callejero bastante de libro (al que yo le quitaría algún punteillo), muy macarra, pero a la vez con ese toque especial, esa chispa que hace que no sean un grupo más del montón. Tienen esa magia, esa clase, que les hace destacar y un sonido muy ochentero que les aleja del punk kalimotxero y del pataterismo. Una mezcla entre Cocadictos y Qloaca Letal, sin parecerse del todo a ninguno de ellos, pero mezclando la agresividad/inocencia 80’s de los primeros y lo abrasivo y aberrante de los segundos.

Y, para mí, sin duda alguna, es la voz de perro afónico la auténtica protagonista de la grabación (con el permiso de la batería machacona). Sumada a la inocencia de las letras, propia de los jovencitos que tienen aún todo por descubrir, consigue esa magia que hace que el disco suene añejo y exquisito.

Puede que no hayas oído antes las canciones, pero si eres fan del Punk ibérico pata negra, en cuanto las escuchas te sientes como en casa, en territorio amigo. Es más de lo mismo, pero con el aliciente de que esto aún huele a tierra húmeda. Es como desenterrar un tesoro y contemplarlo por primera vez.

Joya. 

Mgrtn.



Sial: “Zaman Edan” (7”, La Vida Es Un Mus)

A estas alturas de la película Sial ya no son aquella pieza rara y exótica proveniente de Singapur que, cantando en malayo, irrumpieron en la escena HC Punk como un elefante en una cacharrería. Tras una demo, dos 12” y un 7” (todos brillantísimos), este segundo 7” de la banda no pilla a nadie por sorpresa.
La noticia de que sale un nuevo vinilo se recibe con ganas (porque son muy buenos) pero ya no con la misma ilusión. “Se avecina material muy bueno, de compra obligatoria, pero más de lo mismo” pensé. Bueno, pues sí y no. Y es que, con este disco, Sial, sin traicionar su estilo, siguen evolucionando y comienzan a explorar nuevos caminos, sorprendiéndonos nuevamente a todos.

Para empezar la primera sorpresa es la portada que ya no es un dibujo de esos chulos que solían usar, ahora es la foto de una cabra. Después, sorprende también el número de canciones: solo dos. Ya han hecho canciones más largas de lo habitual anteriormente, pero la mayoría seguían siendo temas de muy corta duración. Y, por último, y lo más importante, sorprenden las canciones.

Es cierto que, ya en el LP del año pasado, observamos ciertos cambios: esa tendencia hacia ritmos no tan veloces para crear una mayor tensión. Y también es cierto que se trata de una evolución ya anunciada pero, en esta nueva entrega, hay un gran salto en ese sentido.

Se trata de dos temas de 5 minutos y medio y 4 minutos y medio de duración respectivamente, titulados Nacidos para matar y Nacidos para morir. Dos temas que comparten la misma secuencia rítmica del inicio y que igual podrían entenderse como un tema largo de 10 minutos si los juntamos.
Sin duda, es la batería la marca más la evolución, tanto porque maneja a su antojo las velocidades como porque se nos muestra más mecánica y simplista en esos inicios de vértigo que comparten los dos cortes. Si no fuera porque conservan ciertos sonidos excesivamente analógicos que podríamos clasificar de tribales (que ya se observan en anteriores trabajos), podríamos hablar casi de caja de ritmos desnuda a piñón fijo.
Por supuesto, según avanzan las canciones, todo se va complicando. Tiempo, desde luego, tienen de sobra para esas progresiones, esas subidas y bajadas, esos tira y afloja y esa tensión que se contiene o estalla según el momento. Incluso hay espacio para cierto hipnotismo vertiginoso.

Eso sí, tampoco te vayas a crear que hay una desconexión brutal con respecto al primer disco. Los Sial de toda la vida siguen ahí dentro. Con ese HC abrasivo y esa voz flipante de Siti vomitando rabia.

Muy buen disco. 

Mgrtn.



Taqbir: “Victory belongs to those who fight for a right cause” (7”, La Vida Es Un Mus)

Ya tenemos aquí el debut de esta banda de Tánger, nada más y nada menos que en LVEUM.

He leído algún comentario en internet en los que se pone en duda si la banda realmente es marroquí o no. Rumores parecidos a los que generaron Yihad o Islam (algunos más fundados que otros) sobre lo mismo, su procedencia árabe o no.
Lo cierto es que quizás el arte (muy chulo), excesivamente exótico, canta mucho, reflejando más el deseo de la banda de hacerse pasar por un grupo de allí que la realidad de ser una banda de Tánger. Sea como sea, es algo que me la suda completamente porque creo que ambas opciones tienen su punto y lo que realmente me importa son las canciones. Además, la polémica, la duda, los rumores, siempre son buenos.

Ya he hablado en alguna ocasión de la cierta similitud que hay entre gran parte de las bandas de HC Punk con cantante femenina que saca LVEUM. Tanto si cantan en inglés, en griego, en malayo o en árabe (como el caso que nos ocupa). Y Taqbir creo que entran en esa categoría.
No son Sial, no son Runt, no son Exotica y tampoco son Efialtis, pero en la aguda y deliciosamente chillona voz de la cantante hay cierto parecido con todas las demás. Urgencia, agresividad, descaro y cierta tonalidad con un poso de afonía que hace que mole tanto como todas aquellas bandas, pese a tener un registro algo plano que la media. También, como reza la hoja promocional, hay cierto parecido con las japonesas The Comes, sobre todo cuando la voz se torna más aguda y limpia, menos ronca.

En lo referente a la parte instrumental, la cosa es más original y bastante chula. Tampoco inventan nada excesivamente nuevo pero logran un sonido machacón con cierto aroma primitivo (que se aprecia mejor cuando bajan un pelín la velocidad) a la par que “futurista” vía 80’s. Para ello mezclan las distorsiones gruesas del género con efectos tipo flanger, creando una bola de ruido hipersaturada que avanza a toda máquina arrasando con todo. Mola mogollón.

En resumen, 4 canciones de escasa duración y tan cojonudas que pueden competir perfectamente en la categoría de grupo revelación y mejor 7” del año.

Matrícula de honor. Si solo te vas a pillar un disco este mes, que sea este. Mgrtn.

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