Sistema de Entretenimiento: “300 noches sin dormir” (LP, JGC Producciones, Discos banana, Flexi Discos)
Quién les iba a decir a Ana, Víctor y Guixu en sus inicios como Leonor SS, o incluso antes cuando estaban en VIH, que al final lo iban a petar tanto con su “música de mierda”. Quién les iba a decir que todas las semanas del año iban a recorrerse España de una punta a otra tocando en cientos de localidades, ya sea en salas o en festivales. Quién les iba a decir que harían giras por hispanoamérica llenando salas inmensas. En aquellos momentos no podían imaginarse nada de esto, y mucho menos que un sello americano (Under The Gun Records) iba a lanzar su último disco a la estratosfera. Bueno, eso sucederá en 2026, pero parece que lo de expandirse internacionalmente, y no solo en el mercado hispanohablante, es el camino lógico que van a seguir.
Y todo esto con un grupete de Electro Punk que empezó como un divertimento paralelo al grupo principal, al grupo madre, a Leonor SS. Del mismo modo que tenían/tienen otros grupos paralelos, como Hambre (aún me quedan copias, jeje), Mazmorra, Elvis Strauss o Sin Bragas, que están también empezando a petarlo peligrosamente. Al final, son sus proyectos electrónicos, sin batería, los que les han dado mejor resultado.
Y es que con Sistema han encontrado la fórmula perfecta y les ha funcionado a las mil maravillas. Su Arcade Punk funciona a la perfección porque, aún manteniendo intacto el espíritu Punk y siguiendo con la sencillez máxima por bandera, a la vez, liman todas las asperezas y la cochambre que tenían como Leonor SS y se corrigen (todo hay que decirlo) las imperfecciones y el primitivismo que genera una batería demasiado orgánica e imperfecta. Por así decirlo, es como si transfiriesen sus cuerpos humanos a unos androides mejorados. El resultado es más frío (que además es algo que pide esta música) pero, precisamente por ello, funciona perfectamente.
Todo esto hace que Sistema sea un grupo que llega no solo a los Punks si no a muchísima más gente, porque son pegadizos, porque son muy fáciles de escuchar y porque, basándose en la simplicidad, redondean un producto que le tiene que gustar a todo hijo de vecino por narices.
En esta última entrega (aprovecha y píllate esta versión, la de los sellos que siempre han apostado por ellos cuando no eran nada, y luego si quieres la edición americana) no hay demasiadas novedades a simple vista. Partiendo de que la portada sigue usando los mismos colores que se usaron en su anterior LP (el primero, editado en 2022), el contenido musical ofrece también más de lo mismo. La misma fórmula de Arcade Punk, pero perfeccionada y mucho más pulida con los años y el rodaje (el primer 7” es de 2018, que ya ha llovido). Vamos que se han convertido en expertos en lo suyo.
Pero al igual que la portada, que aunque tenga los mismos colores, es distinta, una vez que profundizamos en el disco, también encontramos diferencias en su música. La base, el espíritu, como ya he dicho, es el mismo, no se salen para nada de su zona de confort, pero se aprecia que las canciones, como también he comentado están más trabajadas, son más redondas y donde realmente destacan es en los arreglos, en la chapa y pintura. El motor es el mismo, incluso las melodías de guitarra y voz son muy parecidas, casi idénticas que las de otros temas anteriores (es su estilo, eso es impepinable), pero la carrocería cambia en algunas canciones gracias a esos arreglos de teclado y otros ruiditos retrofuturistas. Se empiezan a apreciar líneas de teclado más envolventes y atmósferas más curradas que, aunque mantienen en todo momento la frialdad impostada del producto, confieren un aire distinto a determinados temas, dotándoles de una mayor oscuridad y profundidad.
Y digo “a determinados temas”, porque otros de los presentes en este LP podrían haber encajado perfectamente en sus primeros trabajos. Sobre todo aquellas que aún conservan ese tipo de deje ibérico flamenquillo/gitanillo, que les sale de vez en cuando.
Aunque toda la parte gráfica sugiera lo contrario, sí que es verdad que aparentemente abandonan un poco en las letras sus referencias a la cultura japonesa (hay un tema incluso que se llama No quiero ir a Japón). Aunque, desde luego, todas las letras podrían estar haciendo referencia a alguna serie de anime, lo que pasa que ya sin nombres propios. Pero es cierto que toda la lírica, impregnada de un tufo a retrofuturismo que echa para atrás, gira entorno a videojuegos, la ciencia ficción y a personajes que perfectamente podrían convivir dentro de la magna obra del manga que es Akira.
300 noches sin dormir, que abre la cara B y da título al álbum, posiblemente sea el hit. Pero es cierto que entre los 16 temas del disco, hay unas cuantas tan buenas o mejores que aquella. Destacar, quizás porque se aleja un poco más de su estilo y brilla con luz propia o al menos de otra manera, Soy un rocker y un perdedor. Que es cierto que tiene elementos muy reconocibles en la trayectoria de Víctor como compositor, pero también rompe un poco más los moldes y arriesga hacia terrenos menos cómodos y menos clásicos.
Pues eso, 16 pepinazos que en su estilo no tienen contestación.
Mi agradecimiento personal a JGC por la copia y por su increíble y creo que poco reconocida labor, ya no solo con Sistema si no con cantidad de bandas estatales.
Mgrtn.
Prison Affair: “Demo IV” (7”, Under the Gun)
Pues del mismo modo que acabo de hablar de cómo Sistema de Entretenimiento lo petan dentro y fuera de España y han sido fichados por un sello americano, aquí tenemos a los también catalanes Prison Affair, que también lo petan (quizás últimamente más fuera que dentro de nuestro país, recordemos que hasta han tocado en el Coachella). Y precisamente esta es la tercera referencia que publican con el mismo sello que ha fichado a los Sistema: Under The Gun.
Se me había olvidado que tenía que comentar este 7” en el blog, porque últimamente compro pocos 7”s y tengo el montón de singles por escuchar algo abandonado. Y no es porque no salgan cosas chulas, es porque con la subida abusiva de los precios de los vinilos, al final es este formato pequeño el que más sufre las consecuencias. Pagar hasta 15 euros o más por un 7” es una pasada, teniendo en cuanto el escaso minutaje y que ese precio, no hace tanto, era el de un LP. No obstante, he de decir que este disco en concreto no me costó tanta pasta y por eso me lo compré.
Por eso y porque, teniendo todos las anteriores demos en este formato, no iba a dejar de comprarme la cuarta entrega coleccionable. Además esta portada en la que parece que nuestro presidiario favorito se fuga de cárcel es una portada que huele un poco a final, ¿no? Pero vamos, no creo porque como ya he dicho antes, lo están petando fuera de España y no es el momento de tirar la toalla. Eso sí, igual es buen momento para sacar las cuatro demos compiladas en un 12”, el clásico “Collection”, ¿no?
Bueno, pues fiel a sus “reglas”, la cuarta demo de estos fulanos mantiene la misma estética en la portada que las anteriores, el cambio de color pertinente y contiene, como no podía ser de otra manera, las 4 canciones de rigor.
Prison Affair comenzaron siendo unos discípulos aventajados del estilo dentro del Egg Punk que “inventaron” los Coneheads. Y entrecomillo “inventaron” porque luego nos encontramos cosas parecidas muy anteriores, como algunas canciones de los japoneses Die Öwan que datan de los primeros 80, pero que no hemos conocido hasta hace poco gracias a que General Speech rescato sus olvidadas maquetas. Pero sigamos con los catalanes. Poco a poco se fueron haciendo un hueco en el mundillo y, desde hace ya unos añitos (cuando el Egg Punk dejó de ser un estilo muy diverso, como era antes de la pandemia, y se ha concretado en un estilo muy preciso y determinado), se han convertido en uno de los máximos exponentes del género. Vamos, que han pasado de ser discípulos de los de Indiana a convertirse en referencia para gran parte de los grupos actuales del estilo, el espejo en donde mirarse y la fuente de la que copiar.
5 años ya en la carretera (por eso digo que tiene que salir algo ya en formato 12” aunque sea un recopilatorio) en los que han contribuido a pulir el subgénero (dentro del ya subgénero del Weird Punk), a base de guitarras premeditadamente “desafinadas”, ritmos loco y entrecortados de batería y voces mongoloides que escupen las canciones huyendo de melodías. Al final son unos maestros en lo suyo y no es de extrañar que los grupos les copien. La putada es que al final acaban sonando todos demasiado iguales. Pero bueno, esa es otra batalla.
En esta ocasión nos ofrecen, como ya he dicho, cuatro canciones. Cuatro temas con mejor sonido que el de sus comienzos, así que más disfrutables en ese sentido. Dos muy locatis y aceleradas y otras más más calmadas pero con mucha chicha. Bastante buenas las cuatro y muy diferentes (sobre todo las menos veloces), lo cual se agradece también. Me gusta sobre todo I’m leaving broken, que tiene una especie de aire country y cierta melodía en la voz, que la verdad es que hace que destaque bastante entre toda su discografía.
Pues eso. Otra entrega más. Pero especialmente destacable. Me ha gustado más que algunos de sus trabajos inmediatamente anteriores.
Mgrtn.

