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viernes, 17 de junio de 2022

Críticas 258: Batallón de Mariquitas, Good Times RNR Compilation 3



VVAA: “Batallón de mariquitas” (CD, Sexy Star)

Recopilatorio pirata que recupera grabaciones de valor incalculable de los pioneros ibéricos del transformismo, travestismo y “mariconismo”; haciendo una de las labores de arqueología más concienzuda que he visto, buceando entre cassettes de gasolinera llenas de polvo y vinilos limitadísimos de los 70 y primeros 80.

Artistazas todas de alto nivel con el hándicap de tener que abrirse camino en una época difícil, actuando casi siempre en garitos clandestinos, cuando no solo no existían los derechos del colectivo LGTBI, si no que no existían ni las siglas.

A pesar de que musicalmente este CD no tiene nada que ver con el Punk, he querido hacer la crítica porque me parece un discazo increíble y tiene, ya lo he dicho, un valor incalculable como pieza de arqueología.
Además, es un disco muy muy divertido. Pese a que el grueso de los temas musicalmente no me interesan demasiado (Cuplé, Copla o estilos aflamencados), el tono es siempre muy picante y refrescante y las letras son sencillamente brutales. Y es que, por muy mal que lo pasaran al salir del armario, a la vista está que estas reinas de la pluma no perdían el sentido del humor.

Así, por ejemplo, encontramos tres temas de Violeta la Burra, sin duda una de las más descaradas y rompedoras. No solo reconoce ser “la más puta” del cabaret, si no que se marca uno de los mejores (el mejor para mí) temas del disco, “moraleja”. Una canción de aires morunos (de ahí lo de MORAleja) en donde Violeta nos confiesa que: “No me gusta por delante, me gusta más por detrás, por detrás de las palmeras me la tienes que endiñar”.

La mítica y muy prolífica Otxoa, desde Bilbao, mete tres temas también. Mi favorito es “La Purillos” que en el estribillo dice: “Caballero, caballero deme usted una fumadita de su puro, que me muero. Caballero, caballero, deje usted que con mi mano me deleite con su habano, por que un puro es lo que quiero”.

Aunque, sin duda, cuando canta “Y que me perdonen los de la censura, pues sé que conmigo la tienen muy dura” es cuando pone los puntos sobres la íes.

Tres temas también los de Paco España, que fue el travesti más popular de Madrid del momento. Sus temas también son transgresores y divertidos, pero tienen además un componente reivindicativo que convierten sus canciones en auténticos himnos. Creo que los títulos hablan por si solos: “Libérate”, “Achúchame” y “Guerra para mi cuerpo”.

Reivindicativo también, y sin perder el humor, tenemos a Pierrot, que en uno de sus tres temas dice: ”No contemplo que me contemplen como si fuere un anormal.... Yo pienso que es muy normal ser un homo... homosexual”.
Además su estilo se aleja del folclore ibérico, con muchas influencias extranjeras: ya sean del rollo Can Can o de casino de Las Vegas.

La otra artista que aporta también tres temas a este recopilatorio es Esmeralda de Sevilla que debutó ya en 1950 en la feria de abril. Prefiere apostar por el humor menos grueso jugando con la similitud fonética de palabras como “marisquera” y “mariquita” en dos de sus temas, pero suelta la bomba al final: “Desde que era pequeñita me gustaba un pollón, me sentía mariquita que alegría, que emoción. Que me gustan los soldados que tengan un buen paquete y un capullo colorado que me entre en mi chochete... Miren señores este cuerpo y estas piernas, cuando veo unos cojones me da la cabeza vueltas”. Una de las letras más cachondas, sin duda.

Completan el disco temas sueltos de Félix Granada (que canta la canción que da título al CD), Antonio Amaya (muy rollito Raphael y quizás el tema menos pícaro y humorístico), Rafael Conde “El Titi” (Autor del himno Libérate”) y Johnson (que homenajea al mítico club El Molino, epicentro de toda esta movida en Barcelona).

Y dejo para el final dos de los temas más bizarros.
“EL Rap del Marciano” de Antonio Vargas, la canción más moderna musicalmente hablando. Una barrasada de funk setentero bastante casposo como base sobre la que Antonio rapea cosa fina. “La tierra es ideal, un paraíso natural, es el sitio que me pone y que prefiero para mariconear”.
Y “El pijón” de Escamillo, uno de los artistas de la pluma más censurados, que nos deja una letra sin ningún desperdicio: “La comadrona asustada gritó con voz de loro, este niño tiene tres piernas o la pija como un toro. Soy el pijón. Ni el cipote de Archidona puede lucir la corona que en mi chorra llevo yo
... Don Pijote de la Mancha todos me suelen llamar”.

Pues eso. Una puta maravilla. 

Mgrtn.




VVAA: “Good Times RNR Compilation vol. 3” (2LP, Legless / Erse Theke Tonträger / Under The Gun Records)

Radiografía bastante completita (aunque, lógicamente, por cuestiones de espacio, faltan bastantes bandas) de la escena actual Weird/Egg Punk (y alrededores), con los grupos haciendo versiones, la mayoría de ellas de artistas bastante ajenos al rollo y, por ende, sorprendentes.

Ya sabes, los grupos que suelen aparecer en el canal de Tremendo Garaje y otros similares nacidos de la locura que empezó Jimmy hace ya unos añitos y que parece no tener fin.
Así pues: Punk loco y raruno, amigos y familiares (digamos en una vena más tradicional) o bandas que, directamente, pasaban por allí.

Y es que, aunque el grueso de los grupos tiene ese toque weird de ahora, también se cuelan otros que tiran más hacia sonidos más clásicos y algún que otro pesado que está a un paso del puto heavy metal, Jajaja.

Así podemos ver a “estrellas consolidadas” como Gee Tee, M.A.Z.E., Research Reactor Corporation, Powerplant, Buck Biloxi, Erik Nervous, Dangus Tarkus o Set Top Box... compartiendo surcos con los “nuevos talentos” que llegan a la escena como los geniales Snooper, Real People, Pensioner o Landlords.

Bandas que tienen ya un buen puñado de 7”s y hasta algún LP, mezcladas con bandas que acaban de estrenarse con un 7” o que solo tienen alguna cassette (o ni eso).
Nuestro país está bien representado por dos bandas catalanas: Prison Affair (el único grupo que tiene el honor de colar dos temas, uno de ABBA y otro de Kiss) y nuestros queridos Sistema de Entretenimiento, que se llevan una versión de Décima Víctima completamente a su terreno de Arcade Punk, despojándola de su seriedad de un plumazo.

Lo bueno suele ser eso, que los grupos se llevan a su terreno las versiones y que, como ya he dicho, suelen ser versiones de grupos muy alejados del rollo, como por ejemplo Judas Priest, Chuck Berry, Funkadelic o Neil Young.

Algunos grupos se muestran un poco “tramposos” y cogen versiones más del rollo, como Billiam que tira de Mecano LTD, asegurándose de que es imposible fallar con eso, o Connie Voltaire (de los inmensos Neos Neos, por cierto) que directamente se marca un tema de los Liquids. Otros cogen temas de esos tan redondos y acojonantes que aceptan cualquier estilo, como el caso de 1800 Mickey que tira del 99 Red Ballons de Nena. Así cualquiera, aunque le podría haber sacado más partido y haberse alejado un poquito más del original. Otros, sin embargo arriesgan bastante más, con mejores o peores resultados.

Lo que menos me gusta, como supondréis, son los grupos más roqueritos con sus punteos de mierda y sus estilos setenteros infumables. De hecho, hay un momento al principio de la cara B que solo hay grupos de ese palo y se te cae el alma a los pies porque rompe bastante con la frescura que suele desprender el disco. Prefiero no dar nombres.

Y acabo con un repaso a los temas que más me han llamado la atención.
La versión de M.A.Z.E. de los Rats es simplemente deliciosa.
Snooper tratan un tema de los Beatles también de una forma muy naif y aderezándola con unos toques raritos muy chulos.
Los Landords lo tenían fácil, sí. Porque se cogen el 1-2-X-U de Wire.
Spodee Boy consiguen uno de los temas más cañeros del disco versionando a Stickmen With Rayguns.
Set Top Box triunfan con su versión de Thought Criminals (tontos no son), pero lo que realmente me conquista es el sampler de La Macarena que cuelan en la intro y al final.
Gee Tee nos dejan con el culo torcido pasando a Chuck Berry por su batidora locatis de Mongo Synth Punk.
Curiosamente los dos grupos que eligen temas de Circle Jerks les dan un toque fantasmagórico bastante curioso, por supuestos son los Ghoulies y los Gobs.
Liquid Face hacen una adaptación quizás demasiado fiel de un tema de Screamers (esto sí es jugar con trampa) pero la aceleran y la engorrinan un poco y da el pego, pese a que la voz igual queda demasiado enterrada en la mezcla.
The Caveman consiguen llevarse al Telephatic Love de los Wipers a la playa, con un sonido casi ramoniano. Cuando la melodía es buena
...
Por supuesto Connie Voltaire que, como ya dije, se queda con un tema de The Liquids. 

Roach Fever convierten un tema demasiado garajón como es el Melvin de The Belles en algo bastante caótico y chulo.
Y, cierra el disco, Nick Normal que aprovecha el riff a lo I hate music de Mad del Thorn in my side de Poison Idea para convertirlo en un tema de Synth No Wave, sorprendentemente sin cambiar demasiado.

No diré que este GGRC III es un disco imprescindible, pese a que están muchos de los artistas del Punk actual más interesante, porque son todo versiones y se trata más bien de un capricho (y no precisamente barato, al ser doble).
Pero sí es un disco muy entretenido con momentos mágicos.

Mgrtn.

lunes, 11 de abril de 2022

Críticas 255: Cromosoma, Finale, Prison Affair, Research Reactor Corp.


Cromosoma: “
Fuera Plutón (del sistema solar)” (7”, Discos Banana/ Flexidiscos)

Debut de este trío formado por Vito y Kañón de Campamento Rumano y por Mikel Biffs de Safety Pins. Solo dos temas y no sé si con demasiadas esperanzas de continuidad, pero lo suficientemente interesantes como para que Flexidiscos se haya animado a coeditar este producto junto a Discos Banana (el sello de Vito y Kañón).

Dos canciones que por la voz de Vito recuerdan bastante a Campamento Rumano y que, por eso mismo y los tecladitos, recuerda también a su otra banda Waldo Faldo, de la que hablamos aquí mismo en diciembre del año pasado. No obstante, las similitudes se quedan ahí y este nuevo proyecto resulta lo suficientemente distinto como para tener entidad propia.

El primer tema, el que da título al artefacto, es un ejercicio de Synth Punk / Elektro Punk bastante alocado y veloz, plagado de sonidos retrofuturistas. Muy de naves espaciales y disparos láser, vamos, muy de Plutón. Con grandes dosis de subnormalidad y un ritmo saltarín ideal para bailar botando sin parar durante el minuto y poco que dura el tema.

La segunda canción cambia radicalmente el ritmo y el tono. Se tornan más pausados, más oscuros y más serios. Es inevitable pensar en Aviador Dro porque el tema huele por los cuatro costados a ellos. Tanto en la música como en una letra que camina entre el situacionismo, el existencialismo, la ciencia ficción y el absurdo.

Retrofuturismo por un tubo, que sabe a muy poco por los escasos minutos que contiene el 7”. Queremos más.

Mgrtn.




Finale: “255 O.P.M.” (7”, Slovenly Recordings)

Tras su primer LP (2020), el que les alzó a la cabeza de los grupos nacionales de Punk de ahora (ya sabes con toques rarunos y ecos de Minneapolis), Slovenly se ha fijado en estos valencianos y el resultado ha sido este 7” de 4 canciones.
E.P. que también podría ser en canto del cisne de la banda, ya que todo apunta a que la aventura musical del grupo ha terminado, precisamente ahora que empezaban a cosechar una pequeña legión de fans entregados a su causa.

Quizás solo sea un bache pasajero y lo retomen en breve pero, sinceramente, creo que si la banda se separa tras un LP glorioso es lo mejor que les podría pasar de cara a dejar un cadáver joven y precioso. Y, que conste, que no dudo de que podrían seguir sacando discazos que nos alegrarían la vida.

Lo cierto es que todo apuntaba a que la popularidad de la banda iba a seguir en aumento, justo en el momento en el que los “modernos” se habían fijado en ellos y estaban empezando a trascender la, cada vez más reducida, escena punk. Ya les veíamos casi a punto de tocar en festivales y todas esas movidas que a algunos nos dan bastante repelús. Tampoco es que lo considere una traición y, lo cierto es que me alegro de que determinados grupos hayan dado ese paso y ganen popularidad y algo de pasta en lugar de perder dinero todo el rato, pero si que me da la sensación de desconexión con “lo nuestro”, de perdida. Como cuando un amigo se echa amigos nuevos y se va con ellos por ahí... Pero bueno, parece que al menos, de momento, es algo que no va a pasar con Finale.

Vamos ya con el 7” en cuestión. La verdad es que, si definitivamente no hay más discos de Finale, este es un broche de oro.

Cuatro canciones que poseen una urgencia insana y llegan a unos cotas de locura bastante desquiciantes.

Es maravillosa esa guitarra menos influida por los Uranium Club y más personal que en el LP, de sonido chatarrero y destartalado, y haciendo unas diabluras de lujo. Gloria bendita. De hecho, si no fuese por lo excesivamente desquiciado de la voz, la guitarra robaría todo el protagonismo.

La voz continúa en la línea del LP pero al no haber descanso, ni medios tiempos, la sensación es la de estar en una habitación de paredes acolchadas con cuatro o cinco locos gritando todo el rato. De hecho, no me extraña que hayan escogido el tema Loco, loco” como videoclip ya que, aunque los otros temas estén a la misma altura, el título de este lo define muy bien todo.
Incidiendo un poco más en este tema, creo que la excesiva y constante teatralidad de la voz puede ser su mejor arma y, sin duda,el distintivo de la casa, pero creo que también puede acabar cansando. En mi opinión se pasa un poco de rosca: creo que más que “teatral” entramos en la categoría “circense”. Desde luego es mucho más extremo e impresiona desde el minuto cero, pero en grandes cantidades resulta cargante.
No obstante, al tratarse solo de 4 temas, muy veloces y que pasan en un suspiro, no da casi tiempo a que se saturen los oídos y tengamos que pedir a gritos un cambio de tono. Además, me gustan las cosas extremas, sin filtro, sin límite. A la mierda lo comercial y lo razonable.

Excelente 7”. 

Mgrtn.




Prison Affair / Research Reactor Corp. (7”, Erste Theke Tonträger)

Split del 2021 que salió también en una edición paralela de los sellos Under the Gun y Computer Human, y que ha sido reeditado nuevamente por los tres sellos en comandita.

Dos “viejos” conocidos comparten surcos a razón de tres temas por banda: Los catalanes Prison Affair, héroes del Egg Punk nacional, que ya habían lanzado sus dos demos tanto en casete como en 7” y los australianos Research Reactor Coroporation, que ya poseen en su haber tres 12”, otro Split 7” y un puñadito de casetes.

La cara de Prison Affair se me antoja más grave, más gruesa y más sucia, que la de sus trabajos en solitario y creo que la voz en la mezcla ha quedado demasiado baja. No sé si como fruto del masterizado para parecerse a la cara de los RRC o qué. Porque lo cierto es que hay momentos en que más que un Split podría tratarse de un 7” de la misma banda.
El primer tema es en castellano (yo lo prefiero), pero los dos siguientes son en inglés, siendo el último tema una deconstrucción de un tema de ABBA.

Creo que los temas tienen bastante mas aristas y, al menos en apariencia, resultan algo más complejos. De hecho, hay momentos en que no reconozco a los Prison Affair y hasta he llegado a pensar que las galletas estaban equivocadas.

Menos rollo Coneheads (del que estaba plagado su primera demo), aún con algunos guiños esporádicos a los Uranium Club y con sonidos menos ligeros en general (en ocasiones demasiado setenteros para mi gusto), aunque consiguen articularlos de tal manera que no pierden ese toque ágil y urgente que tienen todos sus temas. Un cóctel de sonidos atropellados, irritantes y locos, que aunque me molen menos, reconozco que están muy logrados.

La cara de los RRC, como ya he dicho, aunque comienza con una intro más naif y amable, es bastante similar. Usan los mismos elementos (un poquito de Conehedas, un poquito de

Uranium y, también, algún punteillo más setentero de la cuenta) y los combinan de formas parecidas para obtener resultados muy en la línea de sus compañeros de Split.
Quizás las voces más agresivas y gritonas sea lo que más les distingue, pero también logran esa sensación de caos artículado, de Rock deconstruido por robots en secuencias de riffs atropellados y locos.

Creo que al igual que Prison Affair pierde un poco el toque de mongolismo que tenían antes y se tornan más macarrónicos.

Su tercer y último tema es quizás el que más me gusta por ser el más ligero. En definitiva un 7” bastante macarra cargadito de mucha locura y talento. 

Mgrtn.

martes, 22 de diciembre de 2020

Críticas 238: Airbag, Dadar, Research Reactor Corporation

 


Airbag: “Discotecas” (10”, Sonido Muchacho)

Siempre es una buena noticia un nuevo lanzamiento discográfico de nuestro trío malagueño favorito, responsables de parte de la banda sonora de las vidas de unos cuantos. Y es que es cierto que entre LP y LP pasa tanto tiempo que aunque saquen un par de singles entre medias con un par de caras B inéditas, a los fans se nos hace eterno. Así que cuatro temas completamente nuevos, así de repente y con el disco anterior todavía bastante reciente, es un notición para celebrar. Un regalo de navidad muy de puta madre, la verdad.

Como bien sabéis todos sus seguidores, cada disco de Airbag implica una cierta evolución, cambios (que a veces no entran a la primera). Supone un riesgo, sí, pero así, mirando siempre hacia delante, evitan el hacer siempre el mismo LP y convertirse en una caricatura de sí mismos, como les pasa a muchas grupos que llevan haciendo eso desde los 90. Las fórmulas se agotan. Y Airbag saben mejor que nadie que hay que introducir pequeños (o grandes) cambios para no caer en la repetición y, por consiguiente, en la perdida de calidad. Los Spits, por ejemplo, jamás grabarán un disco como el primero por mucho que se empeñen en repetir la fórmula una y otra vez.

Pues bien, al ser este un disco de transición entre álbumes, se permiten el lujo de incumplir la regla de la evolución, de ofrecer algo distinto, y se dedican a mirar hacia atrás. Cosa, que tratándose solo de 4 temas, está bastante bien porque, por un lado, contenta a los fans de base que aún parecen un poco resentidos con el último cambio (sin duda uno de los más grandes) y, por otro lado, demuestran que, como en los directos, son capaces de pasar de un “estilo” a otro de los de su catálogo, sin despeinarse y ofreciendo siempre calidad.

Es indudable que el paso que dieron en el último LP está ahí para quedarse y que el grupo posee una madurez (por muy eternos adolescentes que sean y serán siempre) de la que no se van a desprender ahora. Pero también es cierto que los cuatro cortes de este disco podrían situarse entre Manual de montaña rusa y Gotham te necesita.

Hay melodías que nos retrotraen incluso hasta el Alto Disco (su obra cumbre para mí), pero a lo que más me suena es a las canciones del Gotham. Más a aquellas que aún conservaban cierto rollo de su etapa anterior, pero también un poco a las más arriesgadas de aquel LP, las que supusieron un salto evolutivo más grande.

Joder, si hasta acaban con un instrumental como antaño (aunque le metan unas líneas de voz al final).

Canciones alegres, coloridas, muy de ir a la playa, con esos dejes surferos y ese tono melancólico marca de la casa... canciones que esta vez sí entran a la primera, porque, como ya he dicho, en este vinilo no hay novedades que asimilar. Es como si fuesen descartes del Gotham, pero no porque sean peores, si no por el tipo de canción.
Canciones que ya te suenan, pero que a la vez son nuevas. Y con las letras geniales como siempre, contándote historias con las que es imposible no identificarse si tienes más o menos su edad y sus gustos. Tanto es así que hasta resulta raro que no hubiesen mencionado antes en una canción a Winnie Cooper!!!

Por poner una pega (siempre tengo que poner alguna) creo que estas cuatro canciones cabrían perfectamente en un 7”, y a 45 RPM, sin perder potencia (no hace falta ponerlo a 33). De hecho, en el anterior 7” ya venían 3 temas.
De acuerdo que un 10” supone un valor añadido y es una golosina más jugosa, que mola (o molaba hace unos años) más que un 7”, pero eso supone que el precio final sea el doble: 15 euros un 10”, 7/8 euros un 7”.

Personalmente, prefiero que el minutaje se adapte a los formatos si eso supone un ahorro para mi bolsillo. Y no lo digo por ser un tacaño (que lo soy), sino porque así puedo comprarme más discos.

Pues eso, que me gustan mucho las canciones y se me hace muy corto el disco. Como siempre, mil gracias, chicos.


Siempre vuestro, Mgrtn.




Dadar: “I’m a töch” (7”, Goodbye Boozy)

Llevaba ya un tiempo detrás de este 7”, que es el segundo del grupo y que salió el año pasado. Este año ha salido una casete que, junto a otra del 2017 y a los dos 7”s mencionados, componen toda la discografía de la banda hasta el momento.
Una banda italiana compuesta por las
3⁄4 parte de Shitty Life y cuyos miembros han estado y están en un buen puñado de grupos paralelos.

Son gente muy obsesionada con la escena Punk de la segunda mitad de los 90, todo el rollito Lo Fi vía Rip Offs Records que tan bien caló en Italia durante aquellos tiempos y coleó con buena salud durante la primera parte de este siglo. Recordemos bandas como Grabbies, Nerds, Le Trottole, Usurpatore Max... Una época dorada para el Punk más mongolo y gamberro.
No obstante, en Dadar se puede decir que dan un paso más allá y se adentran en el mundillo del Egg Punk, gracias a la inclusión de un teclado y a ese gusto por sonar desestructurados. Conclusión a la que es fácil llegar teniendo en cuenta que el disco salió en 2019 y lo petó en los canales Egg de internet (si tener 2.500 visitas en el canal de Anti significa petarlo, claro).

Pero, en el fondo este disco podría haber salido perfectamente en 2004, antes de que se acuñase el término Egg Punk y, por supuesto nadie habría hablado del tema. Y digo esto, porque su propuesta musical no dista demasiado de la de, por ejemplo, Mr. California, por citar una banda muy relacionada con aquella escena Lo Fi, compañeros todos de sellos y tropelías.

O, por citar a otra banda que circulaba por aquellos primeros 2000, las canciones de Dadar tampoco se despegan demasiado del estilo musical que practicaban los Monitors: mongolismo con tecladitos con cierta querencia por el retrofuturismo y lo feísta.
De hecho, pienso que tienen más un pie allí que en el St. Louis de esta última década (que quizás exprimen algo más el rarunismo).

El disco tiene dos temas propios bastante chulos y una versión de los Fhedolts, banda de Post Punk oscuro y frío, de esas que se llaman seminales. Parte de aquel The Great Complotto que aconteció en Pordenone entre el 79 y el 88 y que tanto se reivindicó en los primeros 2000, por las bandas italianas, orgullosas de su herencia KBD.

Y, si esperas unos segundos, hay un bonus track que bien podría ser la canción que ensaya día y noche con el casiotone ese vecinito hijoputa de 12 años en el piso de arriba.
Sí, también es una versión, pero dejo que la averigües tú. Para ello, eso sí, vas a tener que pillarte el disco, que este tema no sale en el Bandcamp ni el Youtube, jeje.

Mgrtn.




Research Reactor Corporation: “The Collected Findings of the RRC” (LP, Erste Theke Tonträger)

Desde aquí hago un llamamiento para que, dado que cada vez es más común sacar 12” a 45RPM, se ponga la puta velocidad del disco en algún sitio y no haya que estar adivinándolo. Que para los que tenemos el sistema de cambiar la gomita no es solo darle a un botón.

Pues dicho esto, vamos con lo que interesa.
RRC son una banda australiana bastante gamberra y muy locatis que durante el 2018 y el 2019 sacaron tres casetes (una en directo) y, este año, se estrenan en vinilo con un split en 7” compartido con Freakess y con este 12” que recoge parte de sus grabaciones anteriores. Existe una versión australiana que edita Televised Suicide y esta otra, que es la versión europea con la portada azul en lugar de amarilla, que corre de la mano de nuestra querida etiqueta (y ya imprescindible) ETT.

El disco lo componen 13 temas de Punk mutante, agresivo, inconexo, marcianoide y retrofuturista.
Es inevitable hacer referencia a Coneheads y quizás un poco a Uranium Club en algún pasaje (además de a bastantes grupos de Synth Punk), pero aún así, estos tíos personalizan bastante su fórmula y se la llevan a las alcantarillas para ensuciarla, además de darle un toque muy gamberro y mongoloide.

La voz perruna campa a sus anchas sobre una guitarra aguda que suena de lujo, con esa distorsión suave pero podrida a la vez; mientras una suerte de soniditos molestos, que parecen sacados de una consola rota de un ovni, contribuyen al caos generalizado.
Así que es la base rítmica la que se encarga de la tarea menos divertida, pero quizás la más importante, la de poner un poco de orden y estructurar las canciones.

Divertido, feroz, mongolo, podrido... lo tiene todo. ¿Se puede pedir más? Yo creo que no. 

Mgrtn.