viernes, 3 de junio de 2022

Críticas 256: Campamento Rumano, Carvento Felana, Van Dammes

 


Campamento Rumano: “Visones” (7”, Banana Records / Bowery)

La verdad es que parece que fue ayer cuando los chicos de CR sacaron su primer 7”, pero resulta que fue en el 2018. Lo que pasa es que, como nos han estado entreteniendo con proyectos paralelos de estilos similares (Waldo Faldo y Cromosoma), la espera no se ha hecho tan larga.

Bueno, pues sorpresas pocas. Y eso es bueno. ¿Os imagináis que de repente hacen canciones a lo Deep Purple? Jajaja.
Siguen con su rollo de Mongo Punk de canciones cortas, voz aniñada, tecladitos saltarines y letras infantiles y con mala leche. Perfectos sucesores de los Rizillos, pues mantienen toda la subnormalidad y el sentido del humor de aquellos, aunque algo más solventes en el tema musical, como creo que ya dije en la crítica del primer 7”.

El disco suena desmadejado adrede, poco hilvanado gracias, sobre todo, a la saturación y falta de distorsión de la guitarra y a ese sonido tan amateur/maquetero que tanto mola y que tanto detestarán los técnicos de sonido y los seguidores del Rock de Estadio. Marca definitivamente la diferencia entre hacer Punk y hacer Punk Rock al uso.

5 temas muy disfrutables y juveniles, vacilones a tope, que pasan en un suspiro y que, sospecho, les hubiesen cabido en una sola cara. 5 temas envueltos en una carpeta súper llamativa con un acertadísimo recorte de una de las ya clásicas fotos de Vito, de esas escenas costumbristas que se encuentra por la calle y que podría formar parte de la Escopeta Nacional o de To Er Mundo E Güeno.

Como novedad/dato curioso la presencia del mítico Mario Gil (La Mode, Un Pingüino en mi Ascensor) a los teclados. Lujo.

Mgrtn.




Carvento Felana: S/T (LP, Beat Generation)

Tenía un poco traspapelado este 12”, enterrado entre el montón de discos nuevos por oír, y, por fin, lo rescato hoy. ¡Y menudo sorpresón!
Se trata de la primera referencia de este grupo y, al ser nada menos que en Beat Generation, se podría decir que entran por la puerta grande.

Desde luego, la idea de la portada es una maravilla con esa silueta de mujer hecha con gusanitos. Creo que define bastante bien el contenido.

Según los créditos se trata de un dúo. Un fulano que canta y otro que hace la música y las letras.
Y, según la pegatina promocional, combinan la energía de Big Black con el surrealismo de los Residents y la sofisticación de Suicide. A ver, viene firmado por nada menos que Michael Jordan, así que no hay por qué ponerlo en duda.

Lo cierto es que se trata de una locura muy de puta madre. 12 canciones bastante desquiciantes pero con un toque como muy de andar por casa, muy señor que molesta a todos los vecinos con sus ruidos y que va con zapatillas, de esas de cuadritos, de estar en casa.

Tienen cierto toque industrial a lo Throbbing Gristle, aunque lo cierto es que a una escala más reducida, menos grandilocuente. Vamos que los emparentaría más con nuestros

queridísimos Esplendor Geométrico. Creo que es más correcto, sobre todo cuando adoptan un lenguaje más cavernícola, más primitivo.
Y precisamente esa manera primitiva de jugar con la electrónica, sumado a la sensación caótica generalizada, hace que me recuerden también (además de a Suicide) a Primitive Calculators. Vamos que molan mogollón.

Las canciones son cortas y arrancan y se interrumpen tan abruptamente como cabalgan en un disco plagado de elementos disruptivos, molestos y epatantes. Tanto es así que se me ha colado la típica pelusa y la aguja ha resbalado hasta el final del disco entrando en la galleta y me creía que el sonido era parte del disco, jeje.

Si le sumas lo surrealista de las letras (me quedo con la frase “Ráscame mi momentazo”) obtienes un producto ganador por lo que tiene de pretencioso y de premeditadamente ultra raro que, estoy seguro, tocará mucho los cojones y que también hará las delicias de unos cuantos.

Como pega podría decir que igual una voz menos calmada en algún momento, más chirriante, podría ayudar a que el conjunto fuese menos homogéneo. Pero no sé, a lo mejor no funciona tan bien, porque lo cierto es que tal como está, empasta perfectamente.

Para mí uno de los discos del año, aunque haya salido en 2021. Sobresaliente alto.

Mgrtn.




Van Dammes: “Finally There” (7”, Jarama Records)

¿Que cómo una banda de Bruselas afincada en Helsinki saca su tercera referencia en un sello madrileño? Los milagros de internet, supongo.
Pues eso, el tercer 7” de estos chavales y la undécima referencia de Jarama Records.

Como era de esperar en un producto Jamara, nos enfrentamos a un grupo de Punk Rock melódico. Aunque es cierto que acostumbrados a que sus últimos discos fuesen más Punk Poperos, los Van Dammes sorprende por su fuerza y energía.

Las guitarras feroces y agudas arropan unas melodías bastante pegadizas y muy del rollo hooligan. Y, precisamente el volumen atronador de las guitarras, sumado a la irritante escasa distorsión de las mismas, hace del conjunto un disco más agresivo de lo habitual, bastante más Punk.

Aunque en la cara B se tornan un poco más poperos, regresan enseguida al ruido cervecero repitiendo (o haciendo la “parte II”, mejor dicho) del mismo tema que cerraba la cara A.

Las letras, escuetas y subnormales, contribuyen a redondear el aire gamberro que impregna todo el disco.

Pues eso. Melodías fáciles para cantar en el campo de fútbol o en la barra del bar y levantar el ánimo a cualquiera.

Mgrtn.

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