Puedes ver una crítica de los conciertos de Bad Breeding y Scrap Brain (momentos en los que les pillé los discos que comento) en mis reseñaspara 1 minuto de Gloria.
Bad Breeding: “Exiled” (LP, One Little Indian)
Tercer LP de los británicos tras un primer 12” autoeditado
(2016) y el segundo para LVEUM e Iron Lung (2017), que ya comenté en su momento
y además lo situé entre lo mejor del año. Este Exiled también tiene una edición
de Iron Lung además de la de One Little Indian.
Como era de esperar unos tíos tan enfermos por hacer ruido y
tocar a toda pastilla no iban a bajar el listón y nos ofrecen otro discazo de
Hard Core agresivo que va directo a la yugular. Sin hacer prisioneros.
El sonido se me antoja bastante más definido y menos Noise que
el anterior, como si hubiesen limpiado una de las capas de pura distorsión
añadidas gratuitamente. Pero ojo, solo una de las capas. No quiero dar a
entender que se trata de un disco más limpio, ya que sigue siendo una guarrería
absoluta.
Por lo demás, poco que añadir: siguen metiendo zapatilla y
atronando de lo lindo. Y alternan esas canciones (la mayoría) con alguna que
otra más lenta y más pesada (aunque menos épicas esta vez), como vienen
haciendo desde el primer disco. Me siguen gustando las más veloces, pero es
cierto que en algunos pasajes en donde sueltan un poco el acelerador se crecen
y consiguen generar unas atmósferas bastante tensas e interesantes, amén de que
se aprecian mucho mejor los matices (que su música no solo consiste en hacer
raca raca con la distorsión al 14).
Si despliegas la portada forma un póster bastante tocho con una
ilustración entre heavy y ecologista que no está nada mal, je.
Mola bastante.
Mgrtn.
Cold Meat: “Pork Sword
Fever” (7”, Static Shock Records)
Pepinazo del año pasado que se nos había pasado, válgame la
redundancia.
Se trata del segundo 7” de esta banda mixta (dos chicos y dos
chicas) con miembros de Nerve Quakes, Helta Skelta, Cleanheads, Plastics Bags y
algunos más, parte, todos ellos, de la cada vez más interesante y productiva
escena australiana.
La voz es de estas afónicas que molan mogollón y que en esta
última década tanto abunda en la escena
Riot Grrrl europea (Woolf, Good Throb, ese rollo). Me recuerda sobre
todo a la cantante de Efialtis pero en un rollo más agresivo, más enfadado.
La música va a juego: Punk desnudo y áspero con ese toque artie y/o
Post Punk que lo “afea”. Con una guitarra que mola mazo, así como un poco
desafinada. Lo justo para que no le guste a ese vecino tuyo que dice que le
gusta el Punk porque tiene un CD de los Buzzcocks. Lo justo para que diga: “es
que suena mal”. Pues eso, una delicia para oídos un poquito inquietos.
5 canciones que me parecen la puta polla.
Sobresaliente alto.
Mgrtn.
Scrap Brain: “A journey into madness” (LP, Druken Sailor)
Se trata del segundo disco de estos ingleses (el primero es un
7” que editó el año pasado Thrilling Living). Y lo cierto es que es un disco
bastante incómodo de escuchar, vamos que nunca jamás lo pondrán en una radio
“comercial” por muy de moda que se ponga el Punk.
Practican un (Post) Punk bastante ruidoso en donde predomina en
todo momento esa sensación molesta que puede llegar a desesperante. En ese
sentido el título del disco está bastante bien elegido, no es ninguna frase
chula y ya está; va cargada de significado. Es como si vieses una imagen y
crees saber de qué se trata, pero está demasiado borrosa y no logras enfocarla.
Y es tan familiar que es desesperante no percibir exactamente los contornos.
Crees saber lo que es pero no puedes afirmarlo.
A veces parece que puedes emparentar al grupo con otras bandas
con voz femenina coetáneas (y muchas también compatriotas) como las que suelen
grabar para LVEUM (Runt, Snob... ese rollo). Pero es solo un espejismo.
Otra veces podrías embarcarles en la escudería de Lumpy. De
hecho tienen esa suciedad y esa especie
de desgana que tienen los propios Dumpers. Pero tampoco van todos los tiros por
ahí, aunque hablando después con el guitarra me dijo que le encantaban.
Lo incómodo de la propuesta también puede acercarles a No Trend
o a Institute, por citar unos de antes y otros de ahora. Pero de estos todavía
andan más alejados.
Digamos que tienen un componente demasiado Noise y caótico
demasiado presente como para rendirse definitivamente a una corriente determinada.
Pero tampoco se podrían encasillar dentro del Noise más puro y experimental.
Vamos que a base de mezclar (incluso copiar) logran un estilo
personal que mola bastante.
Por otro lado, durante todo el disco abunda, además de esa
pelusa de ruido constante, una densidad fangosa que impregna tanto a los temas
más tranquilos como a aquellos en los que recurren a la velocidad Hard Core. Y
es raro que un disco tan pesado, tan denso, me guste, pero lo cierto es que me
encanta. Levanta dolor de cabeza, pero no puedes dejar de escucharlo. Una vez
que te metes dentro ya no quieres salir.
Muy brillante. Aunque el sonido sea justo lo opuesto a
“brillante”.
Mgrtn.
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